La pobreza extrema en Latinoamérica volvió a crecer el año pasado hasta alcanzar a 86 millones de personas, lo que implica un retroceso de 27 años, pese a las ayudas sociales para afrontar la pandemia, reveló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El organismo dependiente de la ONU estimó que la tasa de pobreza extrema aumentó de 13.1 por ciento en 2020 a 13.8 por ciento -5 millones de personas más-, mientras que el índice de pobreza disminuyó del 33 al 32.1 por ciento, afectando a 201 millones de latinoamericanos.
Las ayudas sociales para los sectores vulnerables -que superaron los 45 mil 200 millones de dólares el año pasado-, sumadas al avance de los procesos de vacunación permitieron una “lenta recuperación de los principales indicadores de empleo” y un alza del PIB de 6.2 por ciento en 2021, según la institución.
Sin embargo, la tasa de desocupación el año pasado se mantuvo en 11.8 por ciento para las mujeres y 8.1 por ciento para los hombres, lo que implica que “todavía no se alcanzan los niveles previos a la crisis”.
El incremento de la pobreza extrema fue “consecuencia de una reducción de las transferencias de ingresos de emergencia que no se compensan con el incremento de ingresos de empleo”, explicó la Cepal.
Las mayores alzas en ambos índices tuvieron lugar en Argentina, Colombia y Perú, donde alcanzaron o excedieron los 7 puntos porcentuales.
En Chile, Costa Rica, Ecuador y Paraguay aumentó entre 3 y 5 puntos y en Bolivia, México y República Dominicana, creció menos de 2 puntos porcentuales.
En El Salvador, la tasa de pobreza prácticamente no varió -aunque sí lo hizo la pobreza extrema en dos puntos porcentuales- y el único país que experimentó una disminución en ambos índices fue Brasil, con una caída de de 1.8 por ciento y 0.7 por ciento respectivamente.3
Con información de EFE