Comerciantes ambulantes del Panteón del Saucito se manifestaron para protestar en contra de los abusos cometidos por la directora de Comercio, Bety Benavente Rodríguez, y el director de Servicios Municipales, Christian Iván Azuara Azuara, quienes violentaron arbitrariamente todos los acuerdos que los propios comerciantes habían pactado con el alcalde Enrique Galindo Ceballos.
Según explicaron los afectados, en reiteradas ocasiones se acordó con el alcalde que se respetarían los espacios de trabajo para este tipo de celebraciones, sin embargo, de un momento a otro, Bety Benavente y Christian Azuara cambiaron las indicaciones prohibiéndoles el acceso al panteón para ofrecer productos como paletas de hielo, dulces, aguas frescas y variedad fácil de transportar, al tiempo que los relegaron a espacios que no corresponden con las funciones que desempeñan.
Insistieron en que ya se tenía un acuerdo con las autoridades municipales, específicamente con el alcalde, quien había mostrado su disposición y voluntad para trabajar en forma conjunta con los comerciantes, sobre todo, luego de todos los estragos económicos que se han desprendido de la pandemia de covid-19, sin embargo, sus funcionarios violentaron todos los acuerdos e impidieron que, como comerciantes, pudieran ganarse algo de dinero.
Se supo que varios minutos después de que había comenzado la manifestación, arribó al lugar la directora de Comercio, pero, al no tener argumentos para defender su arbitraria postura, optó por retirarse del lugar dejando el conflicto sin solución.
Cabe hacer mención que, si bien, las autoridades municipales hicieron todo lo posible para que el día de muertos transcurriera de la mejor manera posible, como lo fue el embellecimiento de la fachada del Panteón del Saucito y la implementación de un importante operativo vial para agilizar la circulación en la zona, fue la Dirección de Comercio la que dejó mal parado al Ayuntamiento pues no sólo violentó los acuerdos con los comerciantes como se denuncia, también convirtió en un vil tianguis los alrededores de los cementerios en donde se ofertaron chacharas, baratijas y hasta piratería.
