Por Sofía Paulín
Sandra Monroy fue diagnosticada con cáncer de mama a principios de 2021 y el 5 de Julio se expuso a una mastectomía bilateral.
La mexicana de treinta y seis años decidió no llevar a cabo una reconstrucción mamaria y sin darse cuenta ha creado una red de acompañamiento para otras pacientes a través de su cuenta de Instagram @jodetecancer donde habla sobre su experiencia.
La fotógrafa de profesión cuenta sentirse completamente devastada cuando se enteró, reconoce que ha sido uno de los momentos más difíciles en su vida.
Al no contar un el servicio de seguro social, Sandra acudía a la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM). Recuerda sentirse muy asustada, pues en México más del 80% de las mujeres son diagnosticadas en una etapa tres o cuatro. Por suerte el cáncer de Sandra fue detectado en una etapa incial y fue extirpado.
«Mis senos se fueron el 5 de julio a mediodía. Les agradecí profundamente porque el cáncer pudiera estar en esa parte del cuerpo y pudiera ser removido”, expresa feliz de que su historia con el cáncer haya sido corta.
El cáncer de Sandra estaba localizado solamente en el seno derecho, la razón de que ambos pechos fueran extirpados fue que al mantener el izquierdo, se corría un riesgo del 50 – 60% que la enfermedad regresara. Se le ofreció una reconstrucción mamaria, que, como cualquier cirugía, conlleva ciertos riesgos, mismos que la hicieron sentirse confundida, por lo que terminó tomando la decisión de quedarse “plana”.
«Sigo sin comprender esa ecuación de por qué tendríamos nosotras que vivir una enfermedad como esta y ponernos en riesgo como una forma que no va a ser para nosotros porque no las vamos a sentir», reconoce.
El proceso de reconstrucción para la joven sobreviviente significaba alrededor de tres cirugías en un periodo de tres años, el cual tendría que repetir cada diez años para cambiar los implantes, si es que estos respondían correctamente con su cuerpo. Sumando una operación más, en caso de que también quisiera una reconstrucción de pezones.
Sandra recuerda pensar que no quería experimentar si los implantes le iban bien o no, a demás de sentir que se perdía la gravedad del problema y que toda la energía estaba siendo dirigida hacia un sentido estético y no tanto oncológico.
Reconoce que hay quien sí quiera llevar un proceso de reconstrucción, pero ella decidió no hacerlo, y está bien.
Sin querer, se ha convertido en una activista pues ha creado una red de concientización, prevención y acompañamiento para otras mujeres a través de su cuenta de Instagram. Busca empoderar a otras mujeres que también han perdido sus senos.
Hoy muestra sus cicatrices con orgullo pues son un recordatorio de su fuerza y valentía.
En México 18 mujeres mueren diariamente debido al cáncer de mama. Es importante mantener un estilo de vida saludable, autoexploraciones regulares y visitas al médico mínimo dos veces al año para prevenirlo.
“Aquí no falta nada” – Sandra Monroy