Como ya lo he mencionado en columnas anteriores la cultura mexicana tiene arraigadas algunas costumbres que junto con el estilo de vida tan rápido que hoy tenemos que vivir, nos generan altos niveles de estrés y ansiedad, los pensamientos catastróficos, la mala administración de nuestras emociones y nuestra tendencia a preocuparnos por el pasado y el futuro no nos permiten sentirnos felices y en bienestar, es por esto que el día de hoy hablaremos acerca del minimalismo psicológico.
El minimalismo psicológico nos hace referencia al “menos es más” aplicándolo en el ámbito emocional, es decir, aceptar y vivir nuestras emociones de manera sana.
Cuantos no conocemos o reconocemos nosotros ser aquella persona que “siempre piensa y espera lo peor, para si así sucede no sentirse decepcionado” haciendo que todo lo malo siempre tenga un peso mayor a todo lo bueno que nos pasa. La vida está llena de altas y bajas, pero nuestra manera de verlo y afrontarlo puede ayudar a soltar cargas emocionales que estas situaciones nos generan.
Recordemos que siempre tenemos la oportunidad de crear distintos puntos de vista y soluciones a un hecho o situación, así como podemos ser pesimistas y catastróficos, podemos estar llenos de una esperanza y expectativa real y acorde a nuestras verdaderas posibilidades.
El mundo tecnológico nos bombardea de información y post que pueden generarnos una contante insatisfacción personal, sin embargo, todo aquello que resulta sin importancia o valor real en nuestra vida solo nos genera dificultades y falta de libertad.
El minimalismo psicológico propone no solo ser utilizado en cuestiones materiales, sino también alrededor de nuestras relaciones interpersonales, se muestra como una visión en donde además de nutrir y fomentar relaciones sanas, hagamos conciencia de la calidad de estos vínculos para no caer en el desgaste de relaciones toxicas.
Por último, es importante recordar que todo suceso nos deja una huella poco o muy significativa, pero lo verdaderamente importante es aprender a lidiar con esta carga o residuo psíquico que pudiera afectar en nuestro crecimiento y bienestar, es decir, trasmutar esta energía para no seguir cargando con emociones o sentimientos negativos.
Estefanía López Paulín
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