A cinco días de que concluya la administración de Juan Manuel Carreras, una cloaca comienza a destaparse; se trata del entuerto político cuyo resultado fue la suspensión de la construcción de la Presa La Maroma, debido a que, presuntamente, el dinero que envió el Gobierno Federal para la obra fue desviado para la campaña del candidato presidencial José Antonio Meade y entregada en efectivo en el mismísimo Palacio de Gobierno.
Esta versión forma parte de una charla privada entre agremiados de la CMIC con el gobernador electo Ricardo Gallardo Cardona, toda vez que el dirigente, Manuel Castanedo de Alba, estaría implicado vía su empresa, junto con algunos de sus socios.
Los contratistas habrían confesado al gobernador electo que, en efecto, a ellos les dieron algunos contratos, pero que, como un favor especial, el gobernador Juan Manuel Carreras, el entonces secretario general de Gobierno, Alejandro Leal Tovías, y el secretario de Finanzas de ese momento, José Luis Ugalde, les solicitaron tomar 20 millones de pesos en efectivo para financiar actividades de la campaña de quien era candidato a la presidencia de la República por la coalición Por México al Frente, es decir, José Antonio Meade.
El dinero sería entregado a los funcionarios carreristas en calidad de préstamo y sería devuelto pasando la campaña; eran los meses de mayo y junio de 2018. Confiados, los contratistas hicieron las operaciones correspondientes y llevaron el dinero a Palacio de Gobierno donde, presuntamente, lo entregaron en el despacho del titular de la Secretaría de Finanzas, a razón de 15 millones, en tanto que otros cinco fueron entregados al entonces funcionario federal de CONAGUA, Francisco Muñiz Pereira.
Enterado de las incidencias, el gobernador electo, Ricardo Gallardo, ordenó iniciar procesos judiciales, así como investigaciones financieras y técnicas para deslindar responsabilidades en aras de proceder en contra de los responsables, porque nadie sabe, nadie supo dónde quedó ese dinero que sería para la construcción de Presa La Maroma, si efectivamente se destinó a la campaña de José Antonio Meade o si los funcionarios que lo recibieron se lo embolsaron.
