Agentes de la Guardia Nacional, de la SEDENA y de la Policía Municipal de Ciudad Valles reventaron una especie de casa de seguridad donde se encontraban recluidos casi 150 personas de origen centroamericano que iban rumbo a Estados Unidos y que se encontraban retenidas por gente de Marco Antonio Pérez, jefe de área de la Policía Estatal en la Zona Huasteca, quienes, además, demandaban la suma de 100 mil pesos para dejarlos en libertad y que pudieran continuar con su camino.
De acuerdo con diversos reportes, los agentes federales fueron alertados por medio de una llamada anónima donde se les informaba que en un domicilio particular del ejido Ojo de Agua, en el municipio de Ciudad Valles, se encontraban retenidas 138 personas, aparentemente indocumentados, a quienes se les exigía una fuerte cantidad de dinero para dejarlos en continuar con su camino hacia la frontera de México con Estados Unidos.
Los migrantes se encontraban en muy malas condiciones, la mayoría de ellos hacinados en bodegas y vehículos, todos amenazados de muerte o con la advertencia de que, si hacían cualquier cosa, serían entregados directamente a las autoridades de migración. En los lugares donde se encontró a los migrantes tampoco se garantizaban las medidas sanitarias que se han recomendado por la pandemia de coronavirus por lo que, a la fecha, se desconoce el estado de salud de los indocumentados.
Según versiones de los mismos rescatados, el pollero que los tenía retenidos les exigía la cantidad de 100 mil pesos para dejarlos continuar con su camino, cantidad que, aseguraban, era la que solicitaban el jefe policiaco Marco Antonio Pérez por encargo de Samuel Ruiz Montalvo, a quien se recordará por haber agredido a una señora de la tercera edad hace apenas unas semanas, mismo que, presuntamente, había sido separado del cargo, sin embargo, según versiones, sigue ejerciendo sin sanción alguna.
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Los migrantes rescatados quedaron a disposición de las autoridades migratorias en espera de que se resuelva su situación jurídica.