Llega a Güémez un carro de lujo, manejado por una rubia escultural, se para en la plaza, en el mismo lugar en el que el Filósofo fascina el alma de sus amigos con su sana alegría. La güera baja el vidrio del carro y dirigiéndose a uno de ellos le dice:
–– ¡Hey! tú, ven conmigo y sube al carro.
Todos vuelven sus miradas llenos de envidia hacia el Manolo, el gallego avecina’o en el pueblo:
–– ¡Órale Manolo!, ¡Es a ti al que llama!
–– ¿A mí me hablas? Pregunta incrédulo el joven gallego de cuerpo musculoso por el trabajo.
–– ¡Sí!, es a ti papacito, ven súbete.
El Manolo se sube en el asiento del copiloto, al mismo tiempo que el carro sale a gran velocidad. Una hora después el Manolo regresa solo, manejando el lujoso carro:
–– ¿Qué pasó Manolo? –Intrigados preguntan todos.
–– Joder macho, que llegamos al río Corona y que la güera se baja, joder pues yo que me bajo, que se desviste bailando voluptuosamente tirando al suelo su ropa sensual, su reloj, sus collar, todos eran de lujo, que después se tira al zacate y llena de una pasión irrefrenable que me dice:
–– Toma lo que más te guste.
–– ¡Y que tomo el carro!
–– Joder Manolo –Dice su hermano Germín– tu sí que eres muy sabio, que pa’ que queréis su ropa… ¡Si no tenemos hermanas!
La moraleja es formidable, la vida tan hermosa como bella, cada nuevo amanecer te regala lo mejor del universo, es tu libre albedrío, mismo que te lleva a escoger cada porción del cosmos que quieres para ti.
Es tu elección personal, elegir entre la adicción humana de vivir hablando de tus dolores o regocijarte del racimo de bendiciones que DIOS tiene a tu disposición.
Sabiamente Tucídides afirmaba: “Recordad que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad, en el coraje” decídete a hacer de tu vida una obra maestra que amorosamente cautive los sentidos.
Hoy fluye armónicamente con el río de la vida y deja de preocuparte; aprendiendo de la sabiduría de los abuelos el viejo Filósofo dice: “Preocuparte por cosas triviales o pendejadas es como moverte en una mecedora, te mueves de un lado para otro…pero no llegas a ninguna parte”
“A las preocupaciones se les conoce como la enfermedad de la imaginación” rompen con tu equilibrio, deshacen tu armonía, alejan la felicidad; mejor ocúpate en ser vela que ilumine, de ser espejo que refleje el inagotable poder del amor, que te da una perspectiva diferente del milagro de la vida.
Hoy dedica tu tiempo, “Esfuérzate por conquistar el más grande de tus amores: EL AMOR PROPIO”, ese que te lleva a amar y creer en el ser más hermoso y maravilloso del universo, ¡TÚ!, la cuestión es muy sencilla: si no te amas y no crees en ti mismo… ¿Quién va a creer? Recuerda “Creer… es crear”
Los abuelos dicen que hay una tragedia mayor que la enfermedad o la muerte, es la no gozar el milagro de conectar tu Divinidad Interior con la magia que produce el poder energético que genera la fuerza del amor.
A partir de ahora, sabiendo que eres creador de tu propio universo a través de tu alma, mente y corazón, pleno de pensamientos, emociones y actitudes positivas, visualízate como lo que eres, un campeón de la vida, amando y siendo amado, siendo profundamente feliz.
“Se feliz porque la piedra nunca es tan grande, porque las injusticias acaban pagándose, porque el dolor se supera, porque la verdad insiste, porque el coraje te levanta, porque el miedo te fortalece, porque los errores te enseñan y porque nada es perfecto”1
Este viejo campesino sabe que el centro del humor es el amor, te liberan de la soledad y la amargura, ambos son fuente nutriente que emana del maestro interior, te empoderan de la vida y te hacen el camino más pasadero. Parafraseando la sabiduría de los abuelos el Filósofo dice:
“La vida es como el tendajo de Güémez… ¡NADIE SE VA SIN PAGAR!”
1 http://www.mundopoesia.com/foros/showthread.php?t=409450
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