El hematólogo Óscar Pérez se ha ganado el apodo de Doctor Muerte entre los derechohabientes del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en San Luis Potosí ante la prepotencia, arrogancia y malos tratos con que suele atender a sus pacientes pues, aprovechando la escasez de especialistas, incurre en una larga lista de irregularidades que, por violentar la integridad y la salud de los pacientes, podría constituir un delito.
Adscrito al Hospital General de dicha institución, ubicado en la calle Diez Gutiérrez de la capital potosina, el especialista enfrenta infinidad de quejas y denuncias por parte de los pacientes que acuden a revisión esperando un trato digno y la atención necesaria para sanar sus enfermedades, sin embargo, lo que encuentran son malos tratos y hasta agresiones por parte del llamado Doctor Muerte.
Según explican los afectados, Óscar Pérez tiene la mala costumbre de cancelar las citas de última hora, incluso luego de que los pacientes han esperado por un buen rato sin importarle que algunos de ellos enfrenten problemas de movilidad o hayan hecho esfuerzos económicos y sociales para acudir a su revisión. Al mismo tiempo, quienes tienen «la suerte» de ser recibidos, aseguran que el médico ni siquiera hace una revisión detallada, sino que, formula un par de preguntas para luego comenzar a agredirlos y responsabilizarlos por las complicaciones de salud que pudieran tener. Lamentablemente, no pueden solicitar un cambio de doctor porque no hay más.
Los denunciantes también coinciden en señalar que, en la mayoría de los casos, tampoco les entregan medicamento, tanto por parte del médico como de la institución. Las malas lenguas aseguran que a la dirección del hospital le dan bonos si ahorra medicinas, de ahí que se estén empeñando en negárselas a los pacientes a quienes, incluso, les han llegado a decir que les conviene que mueran porque, así, son más baratos para la institución.
Por estos hechos, los derechohabientes demandan la inmediata intervención de las autoridades del ISSSTE para que se investigue la negligencia en que está incurriendo el Doctor Muerte y la dirección del Hospital al negarse a atender adecuadamente a los pacientes que lo necesitan.