A toda costa Alfredo Téllez busca acomodar en las preferencias de los habitantes de Villa de Reyes a Erika Briones, candidata del PRD y PAN que busca la reelección a la presidencia de ese municipio y, con un grupo de policías municipales, intimida a todo aquel que no esté conforme con su triste trabajo como alcaldesa.
De acuerdo a un video, el funcionario se presentó ante varios villarreyenses desilusionados por la mala administración y la falta de cumplimiento a su proyecto anunciado hace tres años, donde previamente le reclamaron, en un mitin, a Briones todos y cada uno de sus falsos compromisos.
Entre la lista de lo que quedó a deber como alcaldesa, figuran la ampliación de red eléctrica, red de agua potable, mismos que un ciudadano reclamó de Jesús María, aprovechando la oportunidad de que por fin la alcaldesa se acordaba de que existen problemas a resolver.
Sin dejar al ciudadano reprimirle sus fallas y faltas, una persona de su equipo de trabajo le quizo «hacer el paro» a Erika Briones, cuestionando al inconforme que «por qué no eran antes los reclamos», sin embargo, este, le dio un «estate quieta» con respuesta tajante «no lo había hecho porque estábamos esperando que viniera».
Briones se escudó en que la ampliación de red eléctrica falta porque «no hay presupuesto» pero que el techado de la escuela «ya casi queda» y que cada bimestre se presentaba en ese lugar a entregar apoyos, finalmente los «defensores» de la candidata corren a la persona para evitar que continúe con los reclamos.
Posteriormente Alfredo Téllez, bajo las ordenes de Erika Briones y, con elementos de policía municipal utilizados para intimidar a los inconformes, se presentó aparentemente a dialogar ante un grupo de ciudadanos, fingiendo paz, e intentando «lavarles el cerebro» que iban con él porque era seguridad para ellos.
Téllez también se llevó su reprimenda de un grupo de voces que le exigían respuesta al por qué tanta violencia contra personas que sin motivo son detenidas, golpeadas, paseadas en la patrulla y despojadas de su dinero, a lo que el funcionario, como burla para los quejosos, se jactó de ser un hombre caracterizado por el respeto.
La respuesta nunca llegó, solo se limitó a pedir disculpas y olvidó que el objetivo era el diálogo, sin decir más, se dió la vuelta y se fue, ignorando a las personas; este acto fue emulado por los hombres armados y de chaleco antibalas que lo acompañaban a él, para seguridad de los villarreyenses.
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