En el fraccionamiento Juan Pablo, ubicado en la colonia Rural Atlas de la capital potosina se registró el envenenamiento masivo de mascotas. Fueron vecinos quienes localizaron los cuerpos sin vida de perritos y gatos callejeros durante las primeras horas del día.
En un acto inhumano, fueron colocados alimentos con veneno en diversos puntos de la vialidad incluyendo bolsas de basura falsas. Los hambrientos animalitos no dudaron en ingerir el alimento, el cual se convirtió en su ultimo bocado.
Tristeza y enojo invade a los vecinos del fraccionamiento, quienes señalan que es un vecino quien colocó el veneno y amenaza con seguir realizando el atroz crimen. Entre los perritos muertos se encuentran mascotas y callejeros que eran cuidados y queridos por los colonos.
Tras recolectar fotografías, pruebas y dar sepultura a los animales, los vecinos acudieron a la Fiscalía a realizar la denuncia correspondiente, sin embargo, la dependencia ignoró el caso y les indicó que ellos se hicieran cargo del procedimiento y regresaran cuando contarán con resultados de necropsias y un mayor número de pruebas pues no creían que se tratará de veneno.
El envenenamiento de animales está tipificado en el artículo 336 y el mero uso implica la comisión de este delito. El mero hecho de dejar veneno o un producto tipo carne o pescado u otra sustancia con veneno (cebo envenenado) constituye el hecho criminal, y por tanto, la persona responsable de tal conducta puede ser denunciada por cometer un delito por usar veneno ilegal o legal de forma no autorizada.
La Fiscalía tiene el deber legar de iniciar una investigación para averiguar qué tipo de veneno y en caso de resultar un responsable, castigarlo hasta con dos años de prisión. Sin embargo, tal parece que a la autoridad potosina atender los casos de abuso y violencia en animales no le interesan ya que no se trata del primer caso que se registra en la capital ni el estado.
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