Ya me cuesta mucho aguantarlo en su retórica de soliloquios, y créanme que no es nada personal ni soy anti-él. Tampoco me preocupo por sus insultos o porque pudiera perder yo privilegios a estas alturas de mi vida (los tuve ya y aprecio mis buenas oportunidades de educación, servicio público, viajes a cinco continentes, cariño y respeto, ingresos aunque se acaben, pruebas de honestidad… varias las puedo seguir teniendo).
Algunos no defendemos nada que no hayamos ganado con esfuerzos físicos y mentales, e incluso con sacrificios importantes, sin deshonestidad ni resentimientos sociales o personales. Menos somos “conservadores corruptos” que cuidamos nuestros intereses… Eso lo será él, y si bien la corrupción era deplorable, ahora se percibe peor.
Pero, veamos. Llevo, sí, un buen número de años observando con detenimiento a políticos (como AMLO, tanto en México (en el ámbito federal y en ciertos estados) como en el extranjero (sobre todo en Estados Unidos, países europeos o de América Latina, China, Rusia…). Y el caso del líder mexicano habrá de destacar en los anales de la mitomanía y el egocentrismo.
En cuanto a su proyecto e ideología, tal como lo he destacado en repetidas ocasiones, no tienen pies ni cabeza pero pueden confundir y desestabilizar. Son lemas trillados que recogen en esencia las preferencias personales de un líder que no se ha actualizado.
Frente a demagogos, oportunistas e irresponsables, tanto hombres como mujeres, algunos aún amamos y defendemos a nuestro país. Y, ojo, lo seguiremos haciendo en cada oportunidad.
Una característica de este personajazo es que cree saber de todo y cuando no tiene idea de algo lo da por sabido o simplemente le resta importancia con mentiras. Tal es el caso respecto al mundo en sí (y la historia universal), o acá en México a la economía y el feminismo, frente a los cuales en forma increíble trata de defenderse como estadista mundial en su propia geopolítica, o como alguien más apto y atinado que cualquier economista, o igual como gran impulsor de la participación laboral de las mujeres.
En cuanto a otros países (algo que no le afectaba ni le interesaba en su única experiencia anterior, como Jefe de Gobierno del Distrito Federal), sus limitaciones las definió muy bien el candidato panista Ricardo Anaya en aquel debate en Tijuana el 20 de mayo del 2018: “El problema no es tu edad, el problema es que tus ideas son muy viejas. No entiendes que lo que pasa fuera de México, sí impacta a nuestro país. No me parece un problema que no hables inglés, el problema es que no entiendes el mundo”.
Y el taimado candidato logró desviar la atención de los problemas y riesgos en verdad importantes, con sus llamativos y exitosos chascarrillos de “voy a cuidar mi cartera” y “Ricky, riquín canallín”, que dominaron las notas el día siguiente y pudieron influir en las votaciones unas semanas después. Hoy estamos pagando eso en el pésimo manejo de la salud, la educación, la seguridad, la energía y la economía, con descrédito internacional y retrocesos reales que limitan las perspectivas a mayor plazo.
* EL FEMINISMO ES ALGO que no se le da al actual presidente. No lo entiende nada bien y, como no estaba en su radar de prioridades, se desentiende de todo ello con elevados costos para él y para nuestro país.
Simplemente no está dispuesto a reconocer ni adoptar algo que no se le ocurrió a él y lo ha rebasado. Pero su insensibilidad y su mentecata intransigencia lo llevan a culpar de “politiqueras” y manipulables a las víctimas de agresiones de género y feminicidios (que no distingue de los homicidios, pues su machismo de origen no puede hacer esas diferencias).
Se vuelve una descomunal falta de respeto: al limitarse a cuotas laborales a cambio de lealtad ciega, no se pone en los zapatos de las víctimas y sus familias e incluso descalifica en forma insultante a quienes reclaman, y se convence a sí mismo de que “no tiene ningún problema de conciencia”. Resulta increíble, pero eso lo extiende a los padres de niños con cáncer.
Estas causas son una base adicional de oposiciones justificadas que se podrán expresar con enojo en las urnas frente al partido oficial. A todo ello, sin embargo, ¿qué pasará con los problemas que crecen y crecen?
@cpgarcieral