Alguno de ellos acamparon o llegaron durante la madrugada, soportaron el frío y el hambre, tenían la esperanza de que pudieran ser contemplados para la vacunación contra el covid que se estaba aplicando en Mexquitic de Carmona, sin embargo, luego de varias horas, de esperar pacientes, comenzaron a retirarse con los ánimos caídos y la esperanza rota; un rotundo «no» los dejó sin la oportunidad de protegerse contra la pandemia que ha cobrado en el estado más de cuatro mil 600 vidas.
Solos o acompañados por algún familiar, habitantes de la capital potosina y de otros lugares decidieron probar suerte acudieron a alguno de los ocho puntos de vacunación que se instalaron en las diferentes zonas del municipio. Las autoridades sanitarias ya habían advertido que sería imposible, que la vacuna estaba destinada especialmente para los mexquitenses, pero quisieron intentar.
No se puede culpar a nadie por buscar la manera de garantizar su salud y, en este caso, vacunarse es el medio más preciso para protegerse contra el covid por lo que, aunque ya había advertencias, se aventuraron esperando contar con la comprensión del personal responsable de la aplicación.
Les dijeron que sólo habría 50 vacunas disponibles para personas foráneas, hicieron una fila y esperaron por horas hasta que, de un momento a otro, les dijeron que no, que no habría nada, que se retiraran. De nada sirvió la espera ni el tiempo invertido. De nada sirvió el riesgo ni el esfuerzo.
Desde que se anunció que Mexquitic de Carmona sería punto de vacunación, se supo de muchas personas originarias de la capital y de otros municipios cercanos que acudieron a solicitar informes. Se esperaba la presencia de este sector poblacional, gente que, ante el miedo, la incertidumbre y la desesperación, busca por todas las vías protegerse.
Mientras que en una calle cercana al Auditorio Municipal crecía la incertidumbre, al otro lado había caras de felicidad y emoción tras haberse vacunado. Un mundo de contrastes.
