En México, los problemas financieros son un problema complejo, que obedece a diversos factores y no sólo se relaciona a la adquisición de grandes deudas, también influye la falta de cultura para el ahorro, los bajos salarios y, de manera más reciente, la pandemia de COVID-19, la cual ha ocasionado graves problemas económicos para una buena parte de la población.
Prueba de ello es que para el 18% de los mexicanos es muy difícil cubrir sus gastos básicos del mes, como el pago de luz, agua, gas o renta. Además, el 74% ha experimentado una reducción de sus ingresos en los últimos 12 meses, de acuerdo con Coru, plataforma digital de comparación de servicios financieros.
En este sentido, un estudio cuantitativo hecho por Coru señala que la mala gestión del dinero ha impactado directamente en el estado de ánimo de las y los mexicanos, de tal modo que para el 87% de ellos, sus finanzas personales son fuente de ansiedad y estrés, además de que 3 de cada 10 personas ha considerado el suicidio como una alternativa a sus dificultades de pago.
La mala administración financiera ha hecho que el 79% de la población considere que sus finanzas controlan sus vidas, que el 78% presente ansiedad si se le pide que lleve un registro de sus gastos, así como que el 88% se preocupe al mirar su cuenta de ahorros, según datos de la misma plataforma.
“Existe una correlación directa entre la salud financiera y la salud emocional, ya que las finanzas personales son un tema muy delicado e importante, pues se trata del patrimonio y bienestar futuro de una persona o de toda una familia; no obstante, para muchas personas es prácticamente imposible llegar a fin de mes con números positivos. Esta incapacidad para equilibrar los ingresos y gastos ha derivado en problemas como estrés, ansiedad, culpa o tristeza”.
La culpa de gastar
El estado de ánimo puede influir en la toma de decisiones financieras poco saludables, como compras compulsivas y gastos recurrentes en objetos costosos -la mayoría de las veces innecesarios-, ya que el 45% de los encuestados va de compras cuando se siente triste, pues esta actividad mejora su estado de ánimo.
“Es un hecho que las emociones influyen en las decisiones financieras, y si no se tiene un buen control de los gastos, en el futuro no sólo se tendrán problemas de liquidez, sino también de estabilidad emocional. Prueba de ello, es que el 82% de la población se siente culpable luego de comprar algo que consideran caro de acuerdo a sus ingresos”, añade el CEO de Coru.
La buena gestión de las finanzas personales tiene múltiples beneficios, no sólo a nivel financiero, ya que una persona con altos niveles de estrés y ansiedad difícilmente podrá tomar buenas decisiones tanto para administrar mejor sus gastos como para cualquier otro aspecto de su vida y desarrollo.