Afectado por la pandemia y como muchos otros potosinos, Adolfo ha buscado la manera de salir adelante, de conseguir ingresos para continuar con sus estudios y pagar una serie de medicamentos que necesita para garantizar su salud; sus esfuerzos lo han llevado a realizar malabares en el cruce de la calle Matamoros y Ángel Veral, en el municipio de Matehuala, pero nunca imaginó que la tarde del pasado miércoles 17 de febrero viviría uno de sus peores experiencias cuando, al tomarse un descanso, fue abordado por agentes de la policía municipal quienes, sin mayor explicación, lo subieron a la patrulla y se lo llevaron a la barandilla.
Al estar detenido, Adolfo pidió apoyo a los agentes para poder tomarse su medicación ya que se encuentra en tratamiento por diversas complicaciones de salud, sin embargo, lejos de mostrar un poco de empatía, los agentes comenzaron a insultarlo para luego sacarlo a un patio en donde, sin piedad alguna, lo torturaron, lo golpearon, lo humillaron de todas las formas que les fue posible hasta dejarlo casi sin conocimiento, no sin antes hostigarlo sexualmente, amenazándolo con sodomizarlo con la macana si se atrevía a denunciar los hechos.
Las fotografías dan testimonio de las lesiones que los policías le causaron al golpearlo con sus macanas, con cables, con objetos punzocortantes y tras golpearlo en la cara, el pecho y el estómago. Una vez que saciaron sus enfermos deseos, los policías lo subieron de nueva a una patrulla y lo abandonaron en un despoblado. Como pudo, Adolfo llegó a su casa.
Más que las lesiones físicas, ahora Adolfo enfrenta serías afecciones psicológicas y emocionales por el trauma de lo vivido y el miedo de que los policías vuelvan a hacerle daño, razón por la que ahora solicitan la intervención de las autoridades correspondientes a fin de que investiguen este hecho, garanticen su seguridad y se sancione a los responsables de esta agresión.