Los Trastornos de Personalidad son un gran grupo de entidades clínicas que se caracterizan por patrones de conducta, formas de pensar, formas de sentir y de relacionarse rígidos, desadaptativos y que pueden generar intenso malestar subjetivo al propio paciente y a las personas que conviven en su entorno más próximo (pareja, familia, compañeros de trabajo y entorno social). Aquí un aspecto fundamental es que no se trata de “una afección que tenga o le ocurra a una persona” sino tiene que ver con lo que “se es”, es decir, estamos hablando de la manera habitual de ser, de su naturaleza misma como persona, explicó el Dr. Ángel Augusto Rubio Rivera, Médico Psiquiatra de la Clínica Psiquiátrica “Dr. Everardo Neumann Peña”.
Es así que podemos distinguirlos por ejemplo de un cuadro depresivo que puede manifestarse en un sujeto determinado en cierta etapa de su vida y que la persona lo vive como “algo que le ocurrió y que desconoce como parte de sí mismo”. Todos los seres humanos tenemos una personalidad, una forma de ser que nos caracteriza, que nos hace sujetos singulares y únicos. Es a través de “esta forma de ser particular” que nos vivenciamos a nosotros mismos, a nuestra forma de relacionarnos con los demás y nuestra forma de ver el mundo. En el caso de los trastornos de personalidad hay una perturbación más menos severa de este lente particular de vivenciarnos, de vivenciar a los otros y a nuestro entorno.
Los trastornos de personalidad tienen diferentes formas de expresarse y de gravedad. Entre más grave sea un trastorno de personalidad el paciente tenderá a ver sus problemas fuera de sí mismo y culpara a los demás y a sus circunstancias de sus dificultades y tendrá serias dificultades para verse a sí mismo y por tanto a la conciencia de pedir ayuda. La tendencia será a responsabilizar a los demás de sus conflictos. En general están implicados factores neurobiológicos, genéticos, de crianza particularmente las experiencias relacionales traumáticas de repetición a lo largo de la vida de la persona.
Es así que tenemos trastornos de personalidad como: el dependiente, el narcisista, el obsesivo compulsivo, histriónico, paranoide o el limítrofe por citar algunos ejemplos en donde varían los estilos caracterológicos. De particular relevancia para la comprensión, génesis en el desarrollo emocional, diagnóstico y tratamiento de los mismos ha sido la perspectiva psicoanalítica que nos ha brindado luz acerca de los aspectos subjetivos, es decir de las vivencias internas de los pacientes aquejados por estas patologías, destacó el especialista.
En particular se destaca al enfoque relacional en psicoanálisis que se centra en la relación humana como aspecto central en el desarrollo de la mente, tanto en sus aspectos saludables como en sus aspectos psicopatológicos. Y esta perspectiva relacional nos brinda un marco comprensivo para el abordaje psicoterapéutico de personas con este tipo de trastornos. Recalcó también los aportes de la neurociencia contemporánea abordando muchas de las predisposiciones temperamentales y de neurodesarrollo que hacen más vulnerables a algunas personas en particular, para el desarrollo de estas patologías de la personalidad. En el aspecto terapéutico actualmente es de fundamental importancia para ciertas patologías del carácter o sus complicaciones el empleo de psicofármacos.
En general, los trastornos de personalidad son relativamente frecuentes en la población, sin embargo, una cifra exacta se desconoce debido a que no acuden a atención en la mayoría de los casos debido a la pobre conciencia de enfermedad y al estigma relacionado, remarcó.
Es frecuente encontrar también trastornos comórbidos, tales como: trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, consumo de sustancias, conductas suicidas, entre otros, agregó el Dr. Ángel Augusto Rubio Rivera.
La proporción entre hombres y mujeres es diferente para cada tipo de trastorno de personalidad específico, por ejemplo para el trastorno límite de la personalidad se considera más frecuente en mujeres que en hombres y el trastorno sociopático más frecuente en hombres que en mujeres, sin embargo muchas investigaciones suponen que la relación no es tan diferente sino que se debe a diferencias en la expresión de los mismos.
Dadas estas circunstancias, el tratamiento es complejo, duradero y costoso, informó el Dr. Ángel Augusto Rubio Rivera. Como sucede con este tipo de trastornos el diagnóstico se suele realizar en la edad adulta, cuando las características propias de la forma de ser de los sujetos se han consolidado; no obstante, puede haber indicios desde la adolescencia.
Para su tratamiento no existe fármaco específico, no obstante la base es una psicoterapia formal y sistematizada, realizada por profesionales con experiencia. Se llegan a usar medicamentos para controlar algunos síntomas, pero no están diseñados para tratar la esencia del problema. Así, se debe tener un enfoque multidisciplinario para trabajar con el paciente en psicoterapia y con psicofármacos, la pareja y la familia para brindarles herramientas que ayuden a enfrentar manifestaciones propias de la enfermedad, por lo cual se pide a la población que en caso de requerir atención médico psiquiátrica, se pueden conducir directamente a la Clínica Psiquiátrica Dr. Everardo Neumann Peña, ubicada en Carretera a Matehuala Km. 8.5, Soledad de Graciano Sánchez, S.L.P., los 365 días del año, las 24 horas del día, o bien a los Teléfonos: (444) 100-92-50 y 100-92-61 para citas, finalizó.
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