Aún no llega la temporada de calor y la Huasteca Potosina ya empieza a sufrir por la falta de agua en sus principales ríos, situación que, inevitablemente, repercute en perjuicio de los principales parajes turísticos como sucede en las cascadas de Micos mismas que, este fin de semana, perdieron el flujo natural de agua.
Operadores turísticos de la región dieron testimonio de lo que estaba sucediendo; las cascadas de Micos se secaron. Según explican, el Río Valles perdió su cauce luego de la sobreexplotación que se ha registrado en las últimas semanas por parte de campesinos y agricultores que desviaron el agua para el riesgo de distintos cultivos, sobre todo de caña, en la zona.
Si bien, en estos momentos los parajes se encuentran cerrados como medida para contener la propagación del covid-19, los operadores turísticos estiman que, de mantenerse esta tendencia una vez que cambie el semáforo epidemiológico y se pueda reactivar la actividad turística, se podrían registrar importantes pérdidas para el sector, ya de por sí afectado por la escasa afluencia de visitantes en el último año por lo que demandaron la intervención de las autoridades correspondientes a fin de que verifiquen las condiciones que prevalecen en la región para garantizar el suministro del vital líquido de modo que, si bien, pueda ser aprovechado por los campesinos, también se tenga la oportunidad de aprovechar el potencial turístico que tienen estos parajes.
Año con años, los operadores turísticos enfrentan este tipo de situaciones pues, detallan, es bastante común que la explotación de los recursos naturales provoque un desabasto de agua en la región derivado de la actividad agrícola y el cultivo de diversos productos. A eso se le suma la sequía y el estiaje que se ha agudizado en los últimos años.
A la par, Minas Viejas, Tamul y otros parajes de la Huasteca Potosina también suelen enfrentar el desabasto de agua dos o tres veces al año.