Con completa impunidad y violentando todas las normativas establecidas para este tipo de temas, además de vulnerar los protocolos sanitarios en el contexto de la pandemia por covid-19, los hijos del delegado de Bocas, Rosendo Guardiola Oviedo organizan arrancones clandestinos como parte de la «variedad que ofrecen a los clientes de una cantina, propiedad del mismo funcionario. Los hechos, ante la inoperancia y negligencia del presidente municipal, Alejando Lujambio Cataño.
Diversos testimonios denuncian la impunidad con que operan los hijos del funcionario quienes, asegurando tener la ley de su lado y la protección del Ayuntamiento capitalino, no sólo exponen a la población a los riesgos del covid-19, sino que, a la par, organizan actividades altamente peligrosas sin las medidas de protección ni la supervisión de las autoridades correspondientes.
Los mirreyes de rancho convocan a sus amigos, conocidos, clientes y demás a que consuman en la cantina que ellos mismos administran, ofreciéndoles diversas promociones para atraer a una mayor cantidad de clientes sin tomar en cuenta las recomendaciones sanitarias. A pesar de que violenta todas estas normativas y de que los hechos son ampliamente conocidos, ni las autoridades municipales ni las estatales han tomado cartas en el asunto permitiendo que se sigan realizando las actividades clandestinas.
Ante esta situación, vecinos de Bocas han solicitado en repetidas ocasiones la intervención del alcalde interino, Alfredo Lujambio Cataño, a fin de que ponga orden y sancione a quien incurre en estas prácticas, sin embargo, ha hecho oídos sordos a las demandas de la ciudadanía.
Tanto el delegado de Bocas, Rosendo Guardiola Oviedo, como sus hijos, han sido denunciados en varias ocasiones ante distintas instancias por infinidad de irregularidades; una de las más recientes fue la agresión a un grupo de mujeres a quienes amenazaron con pistola en mano y las golpearon abusando del cargo y la protección que las autoridades municipales les conceden.