Se llama Alondra Hernández, es médico, nació en San Luis Potosí y trabaja en el Hospital San Miguel Arcángel de Zapopan, Jalisco. El sábado pasado salió de su trabajo, dijo a sus amigos que se dirigía a su casa, quería descansar. Hoy, nadie sabe de ella.
Era sábado, la joven pensaba dormir un poco tras las largas jornadas de trabajo que se han venido prolongando a raíz de la contingencia sanitaria. Ese día, al igual que siempre, dio lo mejor de sí. Se esforzó en atender a los pacientes, en salvar vidas. Alondra buscaba dormir; imaginó un baño tibio, una pijama cómoda y la suavidad de su cama.
El domingo nadie supo de ella, no se comunicó con nadie, pero no fue sino hasta este lunes cuando llegó la preocupación, cuando comenzaron a llamarla a su teléfono, a mandarle mensaje, a buscarla por todos lados. No contestó, nadie sabía dónde estaba.
Para este lunes la angustia era mayor, sus padres ya estaban enterados. Inmersos en una terrible preocupación acudieron a las autoridades correspondientes para denunciar el hecho y solicitar apoyo. Con la voz temblorosa y el corazón a punto del colapso dieron los datos de la joven; el cabello negro, lacio y largo, los ojos pequeños de color café oscuro, la boca pequeña y los labios delgados. 1.64 metros de estatura, tez morena clara.
La noticia se corrió como reguero de pólvora; amigos, conocidos, compañeros y ciudadanos en general comenzaron a replicar la imagen en donde aparecía su foto, sonriente como siempre, donde se enlistaban sus datos. La misma imagen donde se clamaba por ayuda y ponía en evidencia el terrible dolor que consume a sus padres.
Alondra Hernández Ruelas es hija del ex diputado local de San Luis Potosí, Arnulfo Hernández Rodríguez, ex dirigente de la Sección 52 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Alondra Hernández es doctora, es joven, es mujer, hoy está desaparecida.
