
“México, creo en ti,
Como en el vértice de un juramento.
Tú hueles a tragedia, tierra mía,
Y sin embargo, ríes demasiado,
A caso porque sabes que la risa
Es la envoltura de un dolor callado.”
FRAGMENTO DEL POEMA “EL CREDO”,
DE RICARDO LÓPEZ MÉNDEZ.
Han pasado 6 años desde que la noche del 26 de septiembre de 2014, desaparecieron, en Iguala, Guerrero, 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en eventos que hasta la fecha no han sido clarificados en su totalidad por las autoridades. En este tiempo hemos visto el peregrinar de los padres de esos jóvenes por el País clamando por una Justicia que no llega.
Es un hecho cruel, corrupto, por decir lo menos, o si es que calificativo tenga, que desaparezcan 43 estudiantes y que quienes debieron protegerlos, la autoridad civil, policial y militar (de acuerdo a las ultimas indagatorias), hayan participado activa o pasivamente con la delincuencia organizada para que este crimen se perpetrara.
Este dolor de 43 familias se multiplica por el de miles que hoy buscan a sus hijos, padres y hermanos que han desaparecido en este México en el que ya pareciera cotidiano que alguien no llegue a su casa.
Este agravio no es propiedad de unos o de otros, ni siquiera lo es ya solo de sus familias es de todos los mexicanos que clamamos la PAZ en México, que pedimos una política de seguridad pública efectiva, eficaz y eficiente.
Hoy el momento reclama seriedad y serenidad, no visceralidad y protagonismo, mucho menos abrazos.
CONCLUYENDO.
- Desde luego que debe haber justicia, no solo para los 43, para todos los desaparecidos en México.
- Es importante saber dónde están, que fue de ellos, pero también lo es saber qué motivo realmente su desaparición.