El otoño e invierno llegan acompañados de frío, lluvias y viento fresco, estos factores favorecen que el cabello se debilite y se caiga más. El viento y la humedad encrespan y secan el cuero cabelludo, lo que suele derivar en un cabello más apagado y con menos brillo. Todo esto hace que sea aconsejable poner en prácticas algunas medidas y tratamientos que combatan la caída y debilitamiento del cabello.
¡Corta por lo sano!
Durante la época estival, el pelo suele estropearse bastante, por lo que es aconsejable acudir a la peluquería para, al menos, eliminar las puntas abiertas y las zonas más secas. Incluso podemos aprovechar la visita para hacernos un tratamiento hidratante y reparador. Además, afrontar la temporada con una melena saneada nos ayudará a reducir la caída del cabello. ¡Es el momento perfecto para un cambio de look!
Masajéate el cuero cabelludo.
Activar la circulación es una de las claves para mantener el cabello nutrido, pues al dilatar los capilares favorecemos un adecuado riego sanguíneo y, por tanto, que los nutrientes lleguen hasta la raíz del cabello. Así, masajear el cuero cabelludo suavemente con las yemas de los dedos cuando nos lavamos la cabeza favorece la actividad metabólica y crecimiento del pelo.
Usa cepillos de cerdas naturales.
Cepillar el cabello concienzudamente también nos ayuda a activar la circulación. Los cepillos de cerdas naturales son ideales para esta tarea porque respetan más el cabello y evitan su rotura. También es importante evitar peinados muy tirantes como trenzas, coletas o recogidos muy apretados, ya que debilitan el pelo.
Cuida la alimentación
Aunque pueda parecer un aspecto secundario, los hábitos alimenticios influyen en gran medida en la apariencia y fortaleza del cabello. Una alimentación rica en vitamina B fortalece el pelo, mientras que los minerales como el hierro o el magnesio y consumir las proteínas adecuadas favorece que nuestra melena luzca sana y brillante.
Incluso hay alimentos específicos como la levadura de cerveza que nos ayudan a recuperar la salud del pelo. Por otro lado, es esencial mantener nuestro cuerpo hidratado consumiendo diariamente la cantidad adecuada de agua para evitar que el cabello se vuelva seco y quebradizo.
No abuses del calor.
Cuando llega el frío es habitual recurrir al secador, la plancha u otros aparatos de calor para contrarrestar el frío y el encrespamiento. Y realmente salir de la ducha y quedarse un ratito con el secador a toda potencia es uno de los pequeños placeres de la vida. Sin embargo, este tipo de aparatos dañan la estructura capilar, por eso lo mejor es reducir su uso al mínimo y, cuando los usemos, hacerlo con la menor temperatura y tiempo de exposición posible.
Antes de utilizar el secador, procura usar una toalla para absorber toda la humedad posible y que el contraste del calor con el pelo mojado no sea tan drástico. Es recomendable proteger el cabello con un protector del calor antes de usar cualquier tipo de fuente de calor.
La hidratación es la clave.
Para evitar que en otoño el pelo se vuelva seco y apagado es fundamental hidratarlo en profundidad. Es importante elegir los productos capilares adecuados para cada tipo de cabello, así como aplicar un acondicionador que refuerce el pelo y facilite el peinado.
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