Inspectores del Ayuntamiento Capitalino continúan con la política de intolerancia y represión dictada por el alcalde Xavier Nava Palacios y ahora jalonearon y le tiraron sus flores a una vendedora que, con su hijo a espaldas trata de ganarse la vida en esta crisis económica causada por el Covid-19.
Con alevosía y prepotencia, los inspectores, aun no identificados si provenían de la Unidad de Gestión de Centro Histórico, o de la Dirección de Comercio, ambas dependencias del ayuntamiento navista, jalonean a la mujer que ofrecía sus flores en la calle Díaz de León, a media cuadra de Fundadores, y al arrebatarle sus flores las avientan al suelo.
La indignante escena deja en claro que existe una clasificación minuciosa para ser parte de los apoyos que hace alarde el alcalde de la capital, pues, no hay imparcialidad para otorgar los beneficios.
El sonido de esta administración es tan fuerte que ahora ganarse unos pesos con la venta de flores, que a nadie le afecta, está estrictamente prohibido y, no conforme con evitar un trabajo honrado, demuestran exagerada insolencia destrozando la mercancía.
Estas escenas represivas y de “valentía” han hecho falta, mucha falta, en cada uno de los actos violentos, en esos lugares en donde el sonido de San Luis Potosí debe ser de seguridad y no de balazos.
Luego de sufrir la agresión la pobre vendedora, impotente caminó por la calle con su hijo a cuestas, sin un centavo, puesto que iniciaba su jornada de trabajo, y sin que nadie pudiera ayudarle.
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