La violencia e inseguridad que azotan a San Luis Potosí han hecho que la población enfrente un verdadero infierno ante los constantes hechos delictivos, las ejecuciones, los asaltos y demás situaciones que se suscitan ante la inoperancia de las autoridades y la falta de acciones concretar para atender este serio problema.
Medios nacionales dan testimonio de la creciente incidencia delictiva que se registra en San Luis Potosí, sobre todo por el tema de homicidios dolosos en donde, distintas encuestas coinciden en señalar el incremento alarmante que se muestra en comparación con el año pasado.
TResearch reporta que, de enero a agosto del presente año, el estado potosinos acumula 395 homicidios dolosos, mientras que en el mismo periodo, pero de 2019, la cifra registrada fue de 311, es decir, hay un crecimiento superior al 21 por ciento entre 2019 y 2020.
De igual manera, Massive Caller posiciona a San Luis Potosí como la peor entidad en cuanto a violencia e inseguridad pues, de acuerdo con la percepción ciudadana, el estado tiene el mayor índice en cuanto a la comisión de delitos en perjuicio de la población, en otras palabras, los potosinos consideran que San Luis Potosí no es un estado seguro.
Situaciones como la ocurrida el pasado jueves, con la ejecución de un alto jefe de la Policía Federal Ministerial, demuestran las fallidas estrategias que se están implementando en toda la entidad para atender este grave problema al grado de que, a la fecha, ya parecen comunes las ejecuciones, los asesinatos, los robos a mano armada y hasta los intentos de linchamiento.
El fenómeno de la violencia en San Luis Potosí se mantiene a la alza mientras que las autoridades correspondientes se muestran ausentes una y otra vez; la Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Estado tiende a minimizar los hechos, las policías municipales se excusan en temas de coordinación y de la Guardia Nacional es poco o nada lo que se sabe de sus operativos.
