Más de 400 grandes empresas se han declarado en bancarrota en Estados Unidos desde que comenzó el año, el peor dato en una década debido a la pandemia de COVID-19, señalan analistas.
«Las bancarrotas han impactado en un amplio rango de sectores este 2020 en medio de la pandemia de coronavirus, pero las industrias centradas en el consumidor han sido perjudicadas desproporcionadamente», indicó la firma S&P Global Market Intelligence.
Sus analistas, Tayyeba Irum y Chris Hudgins, cifraban en 424 esas grandes bancarrotas acumuladas al comienzo de esta semana, «lo que excede el número de tramitaciones en ese periodo comparable desde 2010» por la aguda contracción de la economía.
En total, según el American Bankruptcy Institute, la mayor asociación de profesionales de la bancarrota, que informa a los legisladores, hasta finales de julio más de 4.200 empresas comerciales se habían acogido a la bancarrota del Capítulo 11, y su directora ejecutiva, Amy Quackenboss, estimó en una nota que habrá un «incremento en los próximos meses».
La plataforma BankruptcyData, que se atribuye la base de datos más amplia, señala que 46 firmas hasta ahora han declarado deudas superiores a 1.000 millones de dólares, algo más grave que en las dos últimas recesiones: a estas alturas en 2009 hubo 40 compañías tan endeudadas en su momento de bancarrota y en 2002 solo 25, lo que supondría la mayor magnitud de quiebras «de todos los tiempos».
Algunas de esas firmas ya tenían problemas antes de la COVID-19 y su llegada no hizo más que acelerar el proceso, sobre todo para las que requerían presencia física, como el comercio minorista, pero los expertos apuntan que la tendencia va a continuar por su debilidad y pese a los préstamos del Gobierno de EE.UU para proteger el pago de nóminas.
Con más de 100 grandes compañías en bancarrota, el sector más impactado engloba una veintena de minoristas con nombres históricos como Brooks Brothers, la marca de ropa más veterana del país; Lord & Taylor, que tenía los grandes almacenes más antiguos; y marcas populares como J.Crew o Ann Taylor.
Mientras, se está incrementando la solicitud de préstamos para evitar despidos, un «dinero que ayudó a las empresas durante unos meses pero no lo suficiente, ya que la actividad de los consumidores simplemente no está ahí. Hay mucho miedo del virus, que sigue dejando huella en los estados», dijo Ben Schlafman, jefe de operaciones de New Generation Research.
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