Líbano recibe muestras de solidaridad de la comunidad internacional mientras se enfrenta a las consecuencias de la devastadora explosión que este martes arrasó el puerto de Beirut, el principal del país, y que hasta el momento ha causado 100 muertos y más de 4.000 heridos, según la Cruz Roja.
Los hospitales en Beirut, algunos fuertemente dañados por la explosión, se encuentran hacinados, también con pacientes de coronavirus, cuyos contagios se han disparado en este país en el que se impuso el confinamiento de la población.
Un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas sin custodiar fue la causa de la explosión, aunque se desconoce el origen.
Países como Holanda y Francia ya tienen equipos de trabajadores humanitarios en Beirut. La ministra holandesa de Cooperación al Desarrollo, Sigrid Kaag, confirmó que 67 trabajadores holandeses, incluidos médicos y enfermeros, ya se encuentran en la capital libanesa y «tiene una experiencia especial en búsqueda de supervivientes».
Fuentes de la presidencia francesa informaron del envío de dos aeronaves, con 55 personas, 15 toneladas de material, así como una unidad sanitaria móvil que permite atender a 500 heridos. Militares franceses de la Fuerza de Paz de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL) intervinieron el mismo martes tras la explosión en el puerto.
Rusia anunció el envío de cinco aviones con médicos, rescatistas y equipos sanitarios que estarán equipados con medios de protección contra la COVID-19 y tendrán a su disposición un laboratorio móvil para hacer pruebas de coronavirus en el lugar.
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La República Checa puso a disposición de las autoridades libanesas un equipo de 37 especialistas de su unidad de rescate y rastreo urbano (USAR) y Grecia envió un primer avión transportando una Unidad Especial de Desastres (EMAK) que incluye doce rescatistas, un perro rastreador, dos vehículos y equipamiento.
Este miércoles es el primer día de luto nacional declarado en el país, en estado de emergencia durante dos semanas.
Before and after of the Lebanon explosion of 2700 tons of ammonium nitrate, due to improper storage for 6 years.
This is what happens when there is little or no enforcement of regulations. Some call it pesky “red tape”, but others call it public health.
pic.twitter.com/MVN94QfAAt— Eric Feigl-Ding (@DrEricDing) August 5, 2020
Fotografías de EFE y usuarios de redes