La desobediencia civil está llevando a la zona Huasteca a vivir una de las peores crisis sanitarias de las últimas décadas, desobediencia que está afectando al sector económico y productivo. Este 30 de junio, se cumplen 100 días en los que la gente debió haber llevado a cabo la cuarentena estricta y empezar a salir de manera ordenada, para evitar el desastre que tenemos actualmente.
En los primero 40 días del aislamiento voluntario, la gente hizo todo menos obedecer simples órdenes. Lamentablemente, un gran número de habitantes de la zona huasteca, no fueron responsables socialmente, no ayudaron a cuidar a los demás, no pudieron siquiera obedecer los lineamientos como el “Quédate en casa”, “Usa cubrebocas”, “Usa gel antibacterial”, “Lávate bien las manos”, “Salir solo una persona a comprar lo esencial”.
Había fiestas clandestinas en domicilios particulares, solo cerraban las puertas de sus hogares y en los jardines o patios, había sendas bacanales que terminaban al día siguiente.
Y nadie hace nada
A la fecha las cosas no han cambiado, ahora, con la “nueva normalidad” se han puesto peor. Existen muchas situaciones que se salieron de control en estos 100 días, y que nadie ha querido meter mano para poner orden.
Esto quedo de manifiesto, tras la tragedia que lamentablemente acabo con una familia originaria de Coahuila, donde la imprudencia y la desobediencia civil, fueron los factores principales para que se perdieran la vida de dos de sus tres integrantes, padre e hijo.
Mientras transcurrían las horas de búsqueda de sus cuerpos, en las bravas y turbulentas aguas del Rio Gallinas y Tampaón, salieron a la luz infinidad de omisiones por parte de secretarías federales, estatales y municipales, omisiones que no son de ahorita, son problemas que se han presentado desde hace muchos años.
Mientras las corporaciones recorrían la carretera para llegar a Tamul, se encontraron con un hotel -ubicado entre Santa Anita y Tanchachín- lleno de integrantes de las caravanas de raizzers y cuatrimotos, que les dijeron los lugareños, habían pernoctado en la zona porque hicieron recorridos por Tamasopo y Aquismón y ¡Nadie supo!, nadie se dio cuenta, nadie… pero eso no fue todo.
Justo ese sábado 27 de agosto, en Valles, estuvieron a reventar los restaurantes con música en vivo, se abrió una disco ubicada en la zona centro del municipio, hubo fiestas en albercas, hubo de todo y para todos…
Eso dejo entrever muchas deficiencias y la falta de autoridad de funcionarios, si bien es cierto la regulación de los restaurantes, bares y discotecas le corresponden a los municipios sus Direcciones de Comercio desaparecieron por completo, fueron lugares donde la sana distancia se olvido, donde el cubrebocas era un accesorio innecesario, donde se les olvido que solo podían estar al 25 % de su capacidad.
La gente ha salido ya a los parajes que no están regulados, en los municipios retan a la autoridad municipal, adentrándose en las aguas de sus ríos como en Tamasopo, Valles, Tamuín, y otros, donde se defienden diciendo que son oriundos de esos lugares, y por ello tienen todo el derecho de disfrutarlos, seguramente todas estas personas han de ser inmunes al covid.
Y ¿Dónde están la Secretaría de Turismo del Estado y las direcciones municipales? ¿Porqué nadie ha hecho recorridos por las zonas libres para concientizar a la gente y poner mano dura, y hacer que se queden en sus hogares?. La Secretaria de Turismo y los ayuntamientos, como Poncio Pilatos, se lavan las manos, y se entretienen en otros temas.
Tan solo este lunes, Valles y Tamazunchale tuvieron de 20 a 23 casos nuevos de covid-19, y le siguen echando la culpa a la Secretaria de Salud, como si ellos fueron los causantes de que nuestro país tenga el primer lugar a nivel mundial el obesidad infantil, o sean los causantes de que 11.5 millones de personas en México padezcan diabetes mellitus.
Sin duda, la Secretaria de Salud debe exigir a los presidentes municipales, que se sienten y de frente aclararles cuales son sus responsabilidad y sus deberes. Deben, como dice el dicho, “Leerles la cartilla”, por que no están asumiendo la responsabilidad que les toca.
Evaden su responsabilidad, alegando que no les explican bien lo que significa la semaforización de actividades, prefieren andar diciendo que los casos no existen, porque no les dan los nombres de los pacientes, o que les siembran casos para justificar el préstamo que quiere pedir el gobierno, o que dicen que hay casos de más para transarse el dinero que les llega; expresiones que solo las hacen a sus espaldas porque de frente se hacen chiquitos y agachan la mirada, inclusive algunas autoridades municipales simplemente no se presentan a las reuniones estatales, menos a las locales, se dan el lujo de no ir, demostrando su ignorancia y soberbia.
Pero no se ponen a pensar en los 1,192 casos positivos de covid-19 y las 62 personas que han fallecido en la zona Huasteca, ya andan más emocionados con el tema de la reelección, diputaciones o alianzas que van hacer en el 2021, están en todo eso menos en lo importante: la salud de las personas que ustedes esperan que los voten el próximo año.
Las secretaria de Turismo, de Comunicaciones y Transportes, de Gobernación, por mencionar algunas, deberían fajarse los pantalones, y aplicar la ley a todos los que se les han “salido del huacal”, por que esa falta de carácter ya ocasionó que una familia se disolviera en un abrir y cerrar de ojos.
Desobediencia Civil
El Covid-19 vino a demostrarnos lo que ya sabíamos, pero no queríamos aceptar: somos una sociedad enferma y vulnerable, somos un país ignorante que no lee y no le interesan los temas médicos; somos una sociedad irresponsable que altera las reglas, aunque sean por nuestro bienestar y seguridad; a la hora de culpas por un familiar enfermo o muerto, éstas se deben repartir, entre el médico y el gobierno, no en mí.
Siempre será mejor creerle a un video anónimo, al hierbero o a la vecina analfabeta, porque es más cómodo; la solidaridad sólo aplica en los sismos, porque si me piden algo simple como usar cubrebocas o guardar distanciamiento social, coartan mi libertad ciudadana.
El Covid no existe para la mayoría, por las razones anteriores que los demás pueden irse al carajo, médicos, enfermeras, policías, bomberos, militares, intendencia, personal hospitalario, los empleados tomando temperatura en los ingresos a establecimientos, gente aislada o distanciada, porque yo soy libre de hacer lo que me de la gana.
Estamos condenados a vivir en el atraso, porque la gran mayoría están muy cómodos donde están ahora, en la nebulosa, aunque con ellos, nos lleven al carajo a todos los demás, que intentamos hacer las cosas bien…