A pesar de que el semáforo epidemiológico permanece en rojo ante el alto riesgo de contagio que existe por la propagación del covid-19 en todo el estado de San Luis Potosí y que las autoridades de la Secretaría de Salud han insistido en la necesidad de evitar aglomeraciones, los alcaldes de varios municipios se empeñan en acarrear agua para sus molinos a costa de la pandemia sin importarles a quién exponen ni las repercusiones que se puedan presentar.
Poniendo el ejemplo de los ruin y miserable que puede llegar a ser la administración pública, el alcalde de la capital, Xavier Nava Palacios; su homónimo de Tamazunchale, Toño Costa; y la alcaldesa de Villa de Reyes, Erika Briones, quien por cierto ya dio positivo a coronavirus, han encabezado diversos actos públicos y multitudinarios en los que, la audiencia principal, han sido niños en edad escolar.
En el caso de la capital, Nava Palacios se colgó del programa estatal de desayunos, administrado por el DIF, para seguir figurando porque no le bastaba tomarse su foto tradicional y simular trabajo como siempre lo ha hecho, sino que, en plena pandemia y a pesar de que la capital es el municipio más azotado por el covid, sacó a niños, adultos mayores y población en general de sus hogares para entregarles personalmente un programa que pudo darse en condiciones más seguras y sin tanta parafernalia.
Toño Costa, de Tamazunchale, también siguió el ejemplo. Reunió a decenas de niños en un espacio público, les pidió llevar uniforme y simular que seguían estudiando a pesar de que la Secretaría de Educación Pública ordenó el cierre del ciclo escolar hace casi dos semanas. Se tomó la foto y se fue, no hubo beneficio ni impacto para los niños. A nivel estatal, Tamazunchale es uno de los municipios con más casos de coronavirus, pero eso no importó al alcalde.
En lo que respecta a Villa de Reyes, Erika Briones, pidió la presencia de niños y familias enteras para inaugurar una calle porque si no la presumía y no se tomaba la foto, no podía abrirse a la circulación. En este caso, la situación es todavía más grave pues la alcaldesa tuvo contacto con los vecinos y a los pocos días dio positivo a la prueba del covid-19.
Tanto Nava como Toño Costa y Erika Briones han dado el ejemplo más claro de lo ruin que puede ser una gobernante que, claramente, no se preocupa por su gente sino que busca figurar y atribuirse cuanto le sea posible para promocionarse o venderse como lo mejor cuando, es obvio, no lo es.
