
No tienen experiencia en la materia ni méritos que los respalden para ocupar cargos públicos como directivos o coordinadores, su única referencia es que son familiares directos de altos funcionarios que, de igual manera, son el vivo ejemplo del nepotismo que impera en el Ayuntamiento de San Luis Potosí por parte de las familias Portilla y García Rojas quienes han acomodad a hermanos, sobrinos y hasta cuñados en la nómina municipal recibiendo jugosos sueldos a costa del erario público.
En su momento, el nombramiento del tesorero, Rodrigo Portilla Díaz, causó molestia entre los potosinos al darse a conocer que era primo de otro funcionario de primer nivel, en aquel tiempo encargado de la Oficialía Mayor, ahora director de Desarrollo Social, Óscar Valle Portilla, quien, a su vez, es cuñado del titular de la Dirección de Deportes, Ricardo García Rojas Flores. Vale hacer mención que los sueldos de estos funcionarios van desde los 44 mil hasta los 68 mil pesos.
De acuerdo con una publicación realizada por el periódico digital LaOrquesta.mx, María Teresa García Rojas Flores, hermana del director de Deportes, también entró al quite; la acomodaron como coordinadora administrativa de la Dirección de Catastro y Desarrollo Urbano, donde percibe un sueldo de más de 17 mil pesos por mes, no conformes, a su esposo, Guillermo Javier Palau Mejía, también le dieron hueso, se desempeña como subdirector de Parquímetros y gana más de 31 mil pesos al mes. El colmo, el hijo de ambos y sobrino del director de Deportes, Juan Carlos Palau García Rojas, cobra más de 30 mil pesos por hacerla de secretario particular de Óscar Valle Portilla, director de Desarrollo Social.
Quienes tienen la suerte o desgracia de trabajar en las mismas áreas, aseguran que rara vez se les ve en la Unidad Administrativa Municipal, ahora menos aprovechando la excusa del covid-19, sin embargo, las pocas veces que acuden a su lugar de trabajo, han puesto en evidencia que no tienen ni la menor idea de lo que deben hacer, no saben del tema, confirman que no están en el cargo por sus conocimientos.
Tanto Óscar Valle Portilla como Rodrigo Portilla y Ricardo García Rojas están involucrados en el escándalo del famoso «Ranchito Fifí«, negocio que habrían construido a costa del erario público en contubernio con diversos particulares y que se convierte en otra de las tantas irregularidades que se suman al desempeño de estos funcionarios capitalinos.