El día de ayer, en Tamasopo, se llevó a cabo la celebración de San Isidro Labrador con todos los permisos de la alcaldesa, Rosy Chavira Baca. A la presidenta poco le importa la pandemia, sus acciones para frenarla son nulas, pese a que el día de ayer felleció la primer persona originaria del municipio a causa del coronavirus.
Con tambora, cuetes y rezos, se llevó el festejo con una asistencia de más de 80 personas, aunque todo evento masivo sea suspendido por estar en la fase 3. Durante el evento, se llevo a cabo una misa en el Templo de San José Obrero y realizaron una peregrinación por las calles del centro.
Si bien, no se congregaron muchos pobladores, la mayoría de ellos provenían de diferentes ejidos. Todos ellos corren peligro de contagiarse en la cabecera y llevar la enfermedad a sus familias y comunidades, las cuales se encuentran más lejos de algún servicio médico.
Sin embargo, las acciones emprendidas por el ayuntamiento para frenar los contagios de Covid-19 dejan mucho que desear. La gente sigue saliendo a la calle sin problemas y en los filtros sanitarios no los instan a volver a sus casas.
En repetidas ocasiones, los Servicios de Salud del Estado le han llamado la atención a la presidenta municipal por la falta de acción contra el virus, pero ella insiste y se queja que solo son chismes y mentiras de los medios de la región que solo la quieren atacar.
Además, las pocas ayudas que ha entregado en el municipio solo las han visto en las comunidades que la han apoyado. En las redes sociales del Ayuntamiento, los habitantes de Tamasopo piden a gritos el apoyo, pero ya no queda nada de lo que envió el DIF Estatal, pues solo se lo dio a sus amigos.
En el más reciente reporte de la Secretaría de Salud, en Tamasopo se habían detectado 4 personas contagiadas de coronavirus y una de ellas falleció el día de ayer en el Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social de Ciudad Valles.
