
A un mes de iniciada la Jornada de Sana Distancia en San Luis Potosí, el crimen no se ha detenido; los robos, asaltos y ejecuciones son consideradas actividades esenciales, pues, a diferencia de todos los demás, las cifras se mantienen elevadas en la entidad. Desde el 20 de marzo que inició la jornada, se han registrado un total de 35 asesinatos en el estado, además de los demás hechos delictivos que ocurren, sobre todo, en la capital potosina.
Ya lo decía el diputado Edgardo Hernández Contreras el pasado viernes durante la sesión ordinaria del Congreso del Estado al respecto, la pandemia volcó la atención de las autoridades de los tres niveles de gobierno y se olvidaron de la seguridad de los potosinos. Comparó los resultados de la secretaria de Salud en su afronte al Covid-19 con el de sus homólogos en el área de seguridad y la diferencia fue abismal.
Sobre los 35 asesinatos ocurridos este último mes, la mayoría ocurrieron en la zona metropolitana, pero en comparación con el municipio vecino de Soledad, la capital potosina se lleva la deshonrosa cifra más alta. En otros municipios como Ciudad Valles, Villa de Ramos, Santa María del Río, Mexquitic, Villa Hidalgo y Venado, también se registraron ejecuciones, dos de las cuales fueron feminicidios.
Si bien, los hechos delictivos no se aíslan a la capital potosina, la mayoría de estos son cometidos en la ciudad. A los oficiales de la Policía Municipal se les ha visto más reprimiendo manifestaciones por la falta de apoyos prometidos por el alcalde, por la falta de agua o para evitar que los tianguistas de las vías se instalen que realizando su trabajo de vigilancia.
En la ciudad de San Luis Potosí, los ladrones no discriminan, así como roban farmacias, tienditas, OXXOS y demás negocios que poco han ganado estos días, asaltan a repartidores de comida y de medicamentos. Ni si quiera las propias autoridades gubernamentales están exentas de las garras del crimen; en menos de dos semanas, dos de las regidoras capitalinas, una de Movimiento Ciudadano y una del PAN, partidos que llevaron a Xavier Nava a la alcaldía, fueron víctimas de asaltantes.
Los robos se extienden hasta el primer cuadro de la ciudad; los ladrones aprovechan el menor tránsito de personas para robar a los negocios. A los policías ni por equivocados se les ve, son las personas que siguen tomando justicia por su propia mano ante el vacío de autoridad que tiene Xavier Nava a la capital.
Por su parte, el alcalde presume a diestra y siniestra sus acciones por el Covid-19, pero, a pesar de las denuncias, sus oficiales no logran detener los bailes que se siguen organizando con su anuencia en distintos puntos de la ciudad o en los arrancones en la colonia Dalias.
Aquí en San Luis Potosí la Sana Distancia evita que los crímenes se detengan, mucho menos en la capital, donde Xavier Nava tiene hundida a la ciudad en inseguridad y violencia, según precisa el Inegi en su estadística sobre la percepción social sobre la inseguridad pública.
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