
A puerta cerrada celebra el Papa Francisco el Domingo de Ramos, durante la misa de este 5 de abril celebrada en una iglesia desierta, el papa Francisco les dijo a los jóvenes que no temieran arriesgar sus vidas por los demás durante la pandemia de coronavirus.
Dijo hoy que el drama que estamos atravesando nos obliga a redescubrir que “la vida no sirve, si no se sirve”, porque “la vida se mide desde el amor”. En tiempos de Coronavirus, el Pontífice pidió a los jóvenes de la JMJ diocesana: “Miren a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días”.
Normalmente celebrada al aire libre frente a miles de peregrinos, el papa solo habló en presencia de un puñado de sacerdotes y monjas y un coro reducido, quienes se mantuvieron a una distancia segura el uno del otro.
En su homilía, Francisco subrayó que Jesús es un maestro de servicio, ejemplo vital para estos tiempos difíciles. “Dios nos salvó sirviéndonos”, afirmó.
“El Señor nos sirvió hasta el punto de experimentar las situaciones más dolorosas de quien ama: la traición y el abandono”, agregó el Papa que a las 11:00 de esta mañana (hora de Roma), presidió en el Altar de la Cátedra en la Basílica de San Pedro, la litúrgica del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor.
La Peste en Roma del 1600 tuvo su romería. Pero este año, el Vaticano lució desierto. Francisco celebró apenas con unos contados colaboradores la misa para evitar contagios de Covid-19 y dar esperanza a los fieles confinados en sus casas, el rito fue transmitido en vivo por tv, radio e internet.
“Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: ‘Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene’, sostuvo.
En la misa de hoy, se hizo una “entrada simple” pues así se puede guardar la distancia entre personas que se ha recomendado. Francisco vistió una casulla roja que recuerda la Pasión de Jesús.
Una inédita celebración que tradicionalmente marca la alegría de la entrada de Jesús en Jerusalén, según el Evangelio de Mateo.
“Siéntanse llamados a ponerse al frente de la situación”, agregó el papa. “No tengas miedo de dedicar tu vida a Dios y a los demás, ¡vale la pena!”
El Crucifijo de madera venerado tras salir intacto de un incendio en 1519 fue traído de la Iglesia ubicada en vía del Corso hasta San Pedro, y es considerado milagroso por salvar a Roma de la epidemia del 1600.
El rito de Conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén tuvo lugar al pie del Altar de la Confesión, hacia la Cátedra, donde hubo una decoración de ramos y olivos.
En el Altar la celebración tuvo lugar como de costumbre, pero no hubo una procesión de ofrendas.
La misa del Domingo de Ramos inaugura el comienzo de la Semana Santa, la semana más importante del calendario litúrgico cristiano que culmina en Pascua, el próximo domingo 12 de abril.