El coronavirus vino a cambiar los planes de todos, de todos, incluidos los políticos ya muy encarrilados en la lucha por la sucesión gubernamental.
En estricto sentido los responsables de los gobiernos en los tres órdenes (Municipal, Estatal y Federal) y todos los poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) deberían estar sentados en una misma mesa con un solo objetivo: un plan emergente para reactivar la economía que el coronavirus dejará en terapia intensiva.
A estas alturas de la enfermedad estamos seguros de que el sector salud está haciendo su trabajo y bien. Sabemos que en San Luis Potosí el gobernador Juan Manuel Carreras se atrevió a tomar decisiones a tiempo, aun y cuando el Gobierno Federal seguía minimizando la situación.
La secretaria de Salud, Mónica Rangel, está llevando con mano derecha muy firme el tema de la contingencia con un equipo disciplinado y concentrado en mantener a raya la enfermedad.
La doctora Rangel ha mostrado una mano izquierda muy elegante; cuando ha tenido que refutar noticias considera falsas o que alarman de manera innecesaria a la población, lo dice sin titubeos en las ruedas de prensa y cuando ha tenido que endurecer la voz porque los potosinos no acatamos las medidas de distanciamiento social, advierte de las consecuencias de manera enérgica y contundente.
En esta contingencia, como en la de la influenza en en Abril del 2009, la Secretaría de Salud ha demostrado su gran capacidad pésele a quien le pese.
Ese no es el problema porque el coronavirus igual que la influenza llegó para quedarse, lo que necesitamos ahora es que los hombres de los gabinetes económicos se sienten para que articulen un programa de reactivación de la actividad productiva.
No es necesario salir a la calle ni espulgar en teorías de los genios para percatarse de que el coronavirus está destruyendo la economía de las naciones, pero sobre todo de la gente que vive al día, de los pequeños comerciantes, micro empresarios, emprendedores, taqueros, dulceros, ambulantes, restauranteros, torteros y muchos mas.
La contingencia hoy está siendo atendida, la propagación de la enfermedad depende en gran parte de cada ciudadano, de las medidas de higiene que tomen, de la responsabilidad que sobre su propia salud tenga cada persona.
Cualquier persona de los que vivimos al día tenemos que trabajar todos los días para vivir. La catástrofe económica arrasa por igual con todos y al día de hoy no vemos que nuestros gobernantes o los políticos con aspiraciones generen propuestas o sean capaces de superar diferencias coyunturales para atender lo que está por venir.
El coronavirus lo vimos venir pero no creímos en su letalidad, la crisis económica ya está aquí, las personas que hoy no vendieron sus productos no tendrán que llevar a sus hogares y el circulo vicioso de violencia arrojará resultados espeluznantes aún mas crueles que los que arroje la enfermedad.
El terrorismo laboral que se despliega en muchas empresas e industrias es verdaderamente lamentable; la gente tiene mas miedo a quedarse sin empleo que a sufrir el contagio del Covid-19.
Atender el distanciamiento social cuesta el alimento a muchas personas, aún así, no sin resistencia, la gente se guarda, hay quienes dicen que se trata de una enfermedad de ricos porque la padecen quienes viajaron a Europa o Estados Unidos, suponiendo sin conceder, como dicen los abogados, puede que tengan razón pero el virus ya habita entre nosotros y no lo podemos evitar.
La pandemia económica está en periodo de gestación, ojalá que no tengamos que esperar a que se colapsen los sistemas para actuar porque entonces el costo será muy lamentable para todos y no precisamente en dinero.
Hacer política en tiempos del coronavirus tiene que ir mucho mas allá de bots y linchamientos digitales.
P.D.1.- Cuentan que el presidente del Club Atlético de San Luis tomó a la ligera el diagnóstico de coronavirus que le hicieron autoridades de salud. El hombre todavía viajó a Querétaro y organizó una fiesta con mas de 100 invitados entre ellos los empresarios Carlos Torres Rodríguez, Jacobo Payan Espinoza, Juan Carlos Valladares Eichelman, el tesorero del Ayuntamiento, Rodrigo Portilla (no escatima en abrazos y besos a los señores empresarios cuando las copas le alegran el corazón). Ante la posibilidad de que todos estos personajes puedan ser casos sospechosos todos, todos, se sordean.
P.D.2.- Que en la reunión con alcaldes para atender la contingencia, todos se quejaron de que no tienen recursos para pagar la nómina, menos para la contingencia. El gobernador los mandó con el secretario de Finanzas que espera la llegada de recursos del Gobierno Federal.
P.D.3.- El alcalde capitalino Xavier Nava Palacios tiene en sus colaboradores a sus peores enemigos, en el perdón histórico a Tere Carrizales tenían policías disfrazados de enfermeros y enfermeras con cubrebocas y gel anti bacterial en mano. Pero ¿qué necesidad? diría el divo de Juárez.
P.D.4.- A propósito del alcalde capitalino, no sabemos quien le aconseja que profundice su pleito con los regidores del PAN, si no arregla el tema, logrará unir en su contra a la mayoría del cabildo y entonces sí, que Dios lo agarre confesado porque, ni los primos Portilla, ni Marco Uribe, van a meter las manos por él.
P.D.5.- Le mando un fuerte abrazo al lic. Eduardo Martínez Benavente ¨Guacho¨, quien decidió atender la recomendación de distanciamiento social luego de que su hijo fue diagnosticado con coronavirus. El notario está sano pero muy al pendiente de todo. Nos vemos pronto amigo.
Hasta la próxima