El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) señaló que los niños y jóvenes son altamente propensos a presentar ansiedad antes de llegar a sus 19 años.
La depresión en una enfermedad psiquiátrica bastante frecuente entre esta población y es muy pocas veces atendida o tratada ya que los cuidadores, ya sea padres o abuelos, desestiman la gravedad de este padecimiento.
Durante el periodo de niñez y principalmente la adolescencia los cambios de humor son muy frecuentes, los periodos de tristeza, estrés o incomprensión son comunes cuando se encuentra en esta etapa de desarrollo, pero se debe aprender a identificar cuando estos síntomas se agravan y pueden derivar en un problema psicológico mayor.
Prestar principal atención en los sentimientos o problemas emocionales de los menores es fundamental para identificar tempranamente este padecimiento y que pueda ser tratado debidamente.
La dependencia señalo que uno de cada 20 niños puede sufrir depresión y los que reciben la atención psicológica necesaria son un porcentaje mínimo.
Factores como aislamiento social, falta de atención por parte de la familia, problemas de aprendizaje o ansiedad maximizan las posibilidades del que el menor llegue a sufrir este mal.
El origen real de la depresión sigue siendo un misterio, pero recientes investigaciones lo asocian un factor biológico, que afecta de igual medida tanto a hombres como a mujeres.