
El alcalde Xavier Nava Palacios celebró el 427 aniversario de la fundación de San Luis Potosí en medio de un muladar ya que sus directores de Aseo Público y Servicios Municipales, Israel Esparza y Gonzalo Benavente, respectivamente, se fueron de megapuente y no hubo quien supervisara la limpieza ni siquiera en el Centro Histórico.
Desde el jueves por la noche los cestos de basura instalados en el Centro Histórico y la Calzada de Guadalupe ya lucían repletos de basura, sin embargo era apenas el comienzo de un largo fin de semana en el que nadie, absolutamente nadie se dio a la tarea de dar una limpiadita.
El Ayuntamiento de la capital organizó dos eventos que pasaron inadvertidos por la ciudadanía: el primero la entrega de la presea Potosino Distinguido y la segunda una “noche de luz” en la Plaza de Armas. Lo más lamentable es que ni con ese motivo barrieron o vaciaron los botes de basura que vomitaban deshechos.
Las plazas de Armas, Del Carmen, Fundadores, avenida Carranza, la Calzada de Guadalupe, pasaje Zaragoza e Hidalgo, y todas, absolutamente todas las calles del Centro Histórico lucieron llenas de basura.
La ciudad se encuentra en condiciones tan deplorables y en un abandono tal que sólo es comparado al trienio del priista Mario García Valdez. Ahora, como en aquel entonces, la basura se ha convertido en el sello de la ciudad.
De pena ajena es viajar a los municipios del interior, Matehuala, Ahualulco, Tierra Nueva, Aquismón, Santa María, Armadillo y otros, para saber que allí tanto los pobladores como las administraciones municipales sí han resulto el problema de la basura y San Luis, que cuenta con recursos, personal, maquinaria y todas las herramientas a su alcance, vomita basura por todas las calles que se transiten.
De pena ajena que turistas europeos, norteamericanos y del interior del país se llevaron la peor imagen de San Luis Potosí, una ciudad llena de basura y oscura.