“Ibi déficit orbis”.
(Aquí termina el mundo).
(Frase grabada en las columnas de Hércules,
frente al peñón de Gibraltar)
Un día, alguien mirando hacia el firmamento, se imaginó que los hombres podríamos llegar hasta las estrellas y desde allí admirar la Tierra. Parecería, en aquel entonces, una ilusión, un sueño inalcanzable, una fantasía, pero esa fantasía siguió estando presente en la historia de la humanidad y de pronto esos sueños se hicieron realidad y el hombre viajó al espacio.
En 1865, el escritor francés Jules Verne llevó a la humanidad en un viaje hasta la luna, el satélite de la Tierra, cuando escribió De la Tierra a la Luna, y, de nueva cuenta, en 1870 nos llevó a circunvolar la luna en su libro Alrededor de la Luna, fue así como a través de la literatura la humanidad pudo viajar por el espacio.
En 1917 el poeta mexicano Amado Nervo público su poema “El Gran Viaje”, en donde se plantea la posibilidad del viaje de un hombre al espacio. Este poema nos dice:
¿Quién será, en un futuro no lejano, el Cristóbal Colón de algún planeta?
¿Quién logrará, con máquina potente, sondar el océano del éter, y llevarnos de la mano allí donde llegaron solamente los osados ensueños del poeta?
¿Quién será en un futuro no lejano el Cristóbal Colón de algún planeta?
¿Y qué sabremos tras el viaje augusto? ¿Qué nos enseñaréis, humanidades de otros orbes, que giran en la divina noche silenciosa, y que acaso hace siglos que nos miran?
Espíritus a quienes las edades en su fluir robusto mostraron ya la clave portentosa de lo Bello y lo Justo, ¿cuál será la cosecha de verdades que deis al hombre, tras el viaje augusto?
¿Con qué luz nueva escrutará el arcano? ¡Oh la esencial revelación completa que fije nuevo molde al barro humano!
¿Quién será en un futuro no lejano el Cristóbal Colón de algún planeta?
En plena Guerra Fría, se inició la carrera espacial que permitió llevar al hombre hasta nuestro satélite. Los primeros pasos fueron dados por la Unión Soviética cuando los rusos pusieron en el espacio a Laika una perra callejera que murió a bordo de la nave espacial. Ese fue el primer esfuerzo, pero unos años después los norteamericanos pusieron en órbita a un chimpancé llamado Ham, el cual sobrevivió.
El primer hombre en viajar al espacio fue el aviador ruso Yuri Gagarin, quien a su regreso a la Tierra dijo que en el espacio no encontró a Dios. Por otra parte, el primer astronauta norteamericano fue Alan Shepard y así se fue desarrollando la carrera por la conquista del espacio en una alternancia de vuelos y logros entre rusos y norteamericanos, hasta que en 1963 el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy, en un emotivo discurso pronunciado poco tiempo antes de que fuera asesinado, señaló que antes de que terminara la década los Estados Unidos pondrían a un hombre en la luna, lo que sucedió en 1969.
El 16 de julio de 1969 desde el Centro Espacial Kennedy, ubicado al sur de la península de la Florida, el cohete Saturno V despegó ante la expectativa de la humanidad entera. En esa misión, llamada Apolo 11, tres astronautas partieron para hacer realidad no solo las palabras de Kennedy, sino el sueño de Julio Verne y Amado Nervo entre otros.
La tripulación del Apolo 11 estaba compuesta por Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, quienes partieron a realizar el viaje más remoto en que hubiera participado el hombre. Todos esperaban que la misión fuera un éxito, pero era indiscutible que también existía el temor del fracaso y la muerte de los astronautas. Sin embargo, el 19 de julio la cápsula Columbia entró en la órbita de la luna bajo el control del comandante Michael Collins quien tuvo a su cargo la navegación y permitió que sus dos compañeros pudieran llegar a caminar sobre la luna.
El 20 de julio de 1969 en todo el planeta se pararon las actividades y una gran cantidad de personas esperábamos con ansia y curiosidad el ver a los primeros hombres pisar el satélite de nuestro planeta. El módulo alunizó y, después de un breve momento, se abrió la escotilla y descendió Neil Armstrong, quien dejó su huella en la superficie de Selene. Entones el astronauta pronunció las siguientes palabras: “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. El segundo en descender fue Buzz Aldrin, Collins no caminó sobre la luna, pues siendo el comandante su misión, su obligación era que toda la rutina del vuelo, alunizaje y despegue para el regreso a la Tierra fuera perfecto.
Aldrin contaba con 38 años, mientras Armstrong y Collins con 39 cuando lograron esta hazaña. El primer hombre en pisar la luna murió a los 82 años, en 2012. Sus compañeros cuentan hoy en día con 89 años de edad y serán testigos de la celebración de este 50 aniversario. Hace poco Buzz Aldrin escribió en su cuenta de Twitter; “Todos hemos visto una luna creciente, pero yo soy uno de los pocos que puede decir que vio una Tierra creciente”.
Hoy en día, Rusia y Estados Unidos comparten programas espaciales, hombres de muchas nacionalidades han viajado al espacio buscando el camino para la siguiente etapa que es llegar a Marte. Eso sí: después de 50 años seguimos viendo como los astronautas van “Al infinito y más allá”, como ha dicho Buzz Lightyear en Toy Story.