
El martes 9 de julio, cerca de las 15:00 horas, una falla en una válvula en la empresa Metalúrgica de Cobre, subsidiaria de Grupo México, provocó el derramamiento de poco más de 3 mil litros de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés; esto en el Puerto de Guaymas, Sonora. Aunque la empresa aseguró que sólo fuero los 3 metros cúbicos, medios locales señalaron que toda una tubería se vació en el agua.
Autoridades federales señalaron que el accidente ocurrió durante los protocolos de prueba y drenado que es el lavado de las tuberías, los cuales se realizan en cada operación de carga. En cuanto fue detectada la falla, personal de la minera detuvo el bombeo de ácido para que no fuera más grande el derrame.
Tras el derrame, la dependencia federal activó el Plan de Contingencia y Protocolos de Seguridad y se alertó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como al personal de la Cuarta Región Naval, perteneciente a la Marina Armada de México.
Medios de comunicación porteños difundieron entrevistas con tres lesionados por el incidente, y el diputado local Carlos Navarrete confirmó que tres guaymenses sufrieron las consecuencias de la fuga sulfúrica.
Además, hizo “un respetuoso llamado” al gobierno de la República “para que a través de las secretarías de Estado involucradas realice una investigación a fondo de los daños perpetrados contra la salud de los mexicanos y al medio ambiente por parte de esta empresa y se dé inicio al proceso de revocación de la licencia para la explotación de nuestros recursos naturales a Grupo México”.
En un desplegado en medios de comunicación, firmado por Carlos F. Lozada Almada, Grupo México minimizó los estragos del derrame de tóxicos: “Tras evaluar el sitio y constatar que la situación estaba controlada, determinaron que no era necesario activar el plan de emergencia”.
Justificó: “Hemos estado en comunicación con la autoridad ambiental y continuaremos haciéndolo hasta la conclusión de las medidas necesarias para atender integralmente, dando aviso formal a las autoridades correspondientes”.
El próximo 6 de agosto se cumplirán cinco años del mayor desastre ambiental de la minería moderna, cuando por irresponsabilidad de Grupo México, en la mina Buenavista del Cobre, se vertieron 40 millones de sulfato de cobre acidulado y más de 700 toneladas de metales pesados sobre los ríos Sonora y Bacanuchi.
Con aquel macroderrame de 2014 se vieron afectadas 24 mil personas en los pueblos ribereños de Arizpe, San Felipe de Jesús, Banamichi, Baviácora, Aconchi, Arizpe y Ures.
Con información de Proceso.