Hoy en día, la medicina tradicional ha ganado terreno en la atención de diferentes enfermedades, malestares y padecimientos, dejando atrás a la medicina de patente para convertirse en un recurso fundamental de millones de personas.
Representa el conocimiento milenario del uso de plantas medicinales que las culturas indígenas resguardaron y que varían en cada país, pueblo o región formando parte esencial del patrimonio tangible que se convierten en un factor de identidad.
Una de las medicinas más conocidas en el mundo es la medicina tradicional china, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que carece de una base científica por basarse en supersticiones, teoría del yin-yang y los cinco elementos (tierra, agua, fuego, metal y madera).
Refiriéndonos a la cultura que nos antecede, es importante mencionar que el emperador Moctezuma ordenaba a sus médicos experimentar con los guerreros la efectividad de las hierbas para la cura de enfermedades.
La cultura nahua destacaba factores de su medicina tradicional: el divino, el uso del conocimiento empírico con sustancias activas procedentes de la flora de su entorno y el aspecto energético. Decían que en el cuerpo humano habitaba tres entidades anímicas: la primera se conocía como tonalli que se ubica en la cabeza y era la responsable de la conciencia y la capacidad de razonar; la segunda se encontraba en el hígado y el aliento llamada ihíyotl, esta se relaciona con las emociones, las pasiones, el deseo, la envidia y la codicia y la tercera se encontraba en el corazón con el nombre de teyolia, la cual dirigía el pensamiento y el equilibrio emocional.
Durante la conquista, los españoles encontraron grandes jardines botánicos, en Huaxtepec Morelos con cultivo de plantas de ornato y medicinales, en Iztapalapa con plantas acuáticas, el de Tezcutzinco (cerca de Texcoco), fundado por Netzahualcóyotl y el de Chapultepec donde cultivaban y adaptaban plantas de diferentes regiones del país, veían que aplicar las hojas del árbol conocido como bálsamo sobre las heridas favorecía la cicatrización o la planta chihuapahtli y la hoja santa que se empleaban para facilitar el parto.
Los mayas además de utilizar plantas medicinales, recurrían a otras alternativas como las espinas del puerco espín para hacer punciones o los colmillos de la víbora de cascabel para hacer sangrados en algunas partes del cuerpo.
Uno de los grandes tesoros que alberga información al respecto, es el Libro sobre las hierbas medicinales de los pueblos indígenas, escrito por Martín de la Cruz, un médico indígena originario de Santiago Tlatelolco, el cual fue escrito en náhuatl.
Don Francisco Hernández fue el primer español que llegó en 1570 a la Nueva España y documentó más de tres mil plantas, lo cual quedó asentado en su obra Natural de Nueva España quien experimentó con personas enfermas y consigo mismo.
La Federación Nacional de la Industria de Herbolaria y Medicina Alternativa, Tradicional y Naturista (FNIHMATN) tiene como objetivo defender, preservar y difundir la medicina tradicional indígena herbolaria, así como las medicinas naturistas y alternativas que de ella de desprenden. Es la voz de agricultores, recolectores, productores, fabricantes, distribuidores y vendedores de plantas medicinales y productos de medicina naturista con el propósito de conservar la vasta tradición herbolaria en México.
En la actualidad, el herbolario medicinal del Instituto Mexicano del Seguro Social y la biblioteca digital de la medicina tradicional mexicana de la UNAM son un acervo de información que han permitido continuar con la utilización y aplicación de esta, además de que en ocasiones constituye el único recurso para la atención a la salud o en muchos casos también, se convierte en una alternativa complementaria.
¿Y tú, tienes confianza en el uso de plantas para tu salud?