- Analiza tu situación financiera actual (cashflow). De dónde vienen tus ingresos, ¿en qué gastas?, ¿ahorras?, ¿tienes deudas?, ¿podrías sobrevivir si te quedas sin chamba? Esto te va a ayudar a tomar conciencia de tus gastos y tomar control sobre ellos
- Ten objetivos claros. Haz una lista de tus objetivos financieros a corto, mediano y largo plazo para tener un panorama más certero de lo que tienes que hacer para alcanzarlos. Ve dónde tienes que ajustar tu presupuesto, qué tanto ahorro necesitas hacer, cuánto tiempo tienes para lograrlo.
- Bájale al consumo de productos que no necesitas. Eso se llama optimizar tus egresos y sirve para tapar esas fugas de lana que tienes. Distingue tus compras por prioridad, necesidad u oportunidad. Tampoco te estamos diciendo que no te des un gustito de vez en cuando, pero que sea como premio a lo bien administrado que eres.
- Sé más exigente al comprar. Si comienzas a hacer más selectivo con lo que compras verás que te ahorras muchísimo. Por ejemplo, en vez de comprarte tres medias de 20 pesos que se te rompen al segundo, mejor unas de 100 que te van a durar más puestas.
- Busca otros ingresos. Puedes vender cosas que ya no quieres (y de paso liberas un poco de espacio en tu clóset) o rentar en Airbnb ese cuarto que tienes lleno de tiliches.
