Hermosa y lejana la gran belleza de la conocida Sierra de Álvarez, fascinante al visitarla y recorrerla pero misteriosa y peligrosa si uno no la conoce del todo.
Es bien sabido que muchas personas se han llegado a extraviar en medio de la nada sin poder pedir auxilio al verse aparentemente solos.
Y digo aparentente, pues de inmediato se siente como alguien camina justo por detrás de uno mientras se escuchan fuertes suplicios que lejos de ayudarnos nos ponen cada vez más nerviosos.
Se dice que en esa enorme sierra penan los espíritus de un anciano y su nieto los cuales según se rumora aparecen justo a las tres de la madrugada.
Dichos espíritus fueron asesinados al tratar de defender lo suyo ya que poseían una fuerte cantidad de oro puro la cual transportaban mediante diligencias desde nuestro San Luis de antaño.
Los asaltantes bien sabían que noches recorrían los hoy occisos aquellos solitarios e inseguros caminos y decidieron lo peor.
Se dice que a ambos los colgaron de un grueso árbol mientras robaban su gran tesoro; tanto abuelo como nieto tuvieron una horrible y muy lenta muerte.
Los días pasaron y aún nadie daba con los cadáveres hasta que el pestilente olor los delató pero ya era tarde ya que poco quedaba de sus cuerpos al ser zona de coyotes y demás bestias carroñeras.
Se comenta que ese mismo árbol aún existe y es ahí donde a la fecha ambas ánimas no dejan de penar.
Si alguien se extravía cerca de donde dejaron de existir, es común que se manifiesten y ayuden a los nerviosos visitantes a reencontrar su rumbo y llegar con bien a su destino.
Pero no todos saben que esas hórridas apariciones están dispuestos a ayudarlos y al percatarse de su funesta apariencia, los desventurados individuos corren despavoridos internándose cada vez más en la inminente oscuridad.
Y es ahí donde algunos se llegan a perder sin poder hacer ya nada por ellos.
El tío de una amiga tiene su casa de campo en esa sierra y dice que sus familiates los han llegado a ver y escuchar desde el más allá quejándose espantosamente en las frías y airosas madrugadas.
Otros dicen que al ver pasar a tan horribles entidades los perros no dejan de aullar y corren sin rumbo alguno para alejarse cada vez más.
También se comenta que cerca de esa bella casa de campo de Don Carlos y su familia están dos antiguas cruces de hierro las cuáles son del desdichado espíritu del niño y su también finado abuelo.
Pronto Don Carlos y su familia ofrecerán a sus amistades una fiesta en esa alejada y tranquila casa de campo a la cual sin duda nos invitaran para así poder charlar sobre los sumamente misteriosos temas del más allá.
Y más misterioso será el poder recorrer los alejados y fríos alrededores del solitario lugar al caer la noche esperando ver ó escuchar a los incomprendidos espectros de la visitada y bella Sierra de Álvarez.
Y usted, mi estimado lector…
Ha estado en esa enorme área natural??
Conoce a alguien que se haya extraviado en aquel lugar??
Ha visto las antiguas cruces mientras camina por dicho paraje ecológico??