Laura Elena González Sánchez, renunció a la dirección general del Centro de las Artes de San Luis (CEART), después de tres años de escándalos y nulos resultados culturales. Su salida aún no se hace de manera oficial, pero desde la semana pasada presentó su renuncia. Se menciona de manera extraoficial que fue invitada a trabajar en la Ciudad de México en donde se encuentra uno de sus más grandes aliados, Enrique Márquez.
Abandona el Centro de las Artes y lo deja más hundido de como se encontraba antes de su llegada. Lo deja con un caos en la plantilla de personal y con una oferta académica de bajo nivel. Pero sobre todo, Laura Elena logró hacer una enorme brecha entre el CEART y la sociedad potosina, creó un Centro de las Artes elitista y fuera del alcance de muchos.
Desde que inició su gestión como Directora del CEART, tuvo conocimiento de la violencia que hubo hacia el personal que ahí laboraba, inclusive vio los vídeos en donde se observa cómo varias personas fueron sacadas con lujo de violencia de sus oficinas, pero tanto ella como el secretario de Cultura, Armando Herrera prefirieron callar. Ahora los problemas con la plantilla laboral empeoraron, pues existe una parte de trabajadores con demanda laboral afiliados a un sindicato y por otra parte los trabajadores que ella contrató, se duplicaron los puestos y es probable que inicien los despidos, menos a los recomendados por la esposa del secretario de Cultura.
Nunca logró elevar el nivel académico, el CEART sigue siendo una Casa de Cultura grande, pues no hay una validez oficial al finalizar los cursos, a pesar de haber tenido buenos maestros, el terminar un curso o diplomado ahí, da lo mismo a no haber cursado nada. Además de los problemas que tuvo en el año 2017 con estudiantes por modificar la estructura del plan de estudios y eliminar una clase de danza.
Las Escuelas de Iniciación Artísticas las creó por su constante conflicto con Marta Ocaña, actual directora del Instituto Potosino de Bellas Artes, y es probable que ahora sin ella como directora desaparezcan.
Dentro de la comunidad artística, es marcado el descontento con Laura Elena, consideran su gestión como gris y sin apoyo al talento artístico, como es el caso del extinto Cine Club del CEART o la demanda que enfrenta por plagio.
Las Huellas del Crimen, Picnic Literario y Mercadillo CEART fue lo único que pudo ofrecer en estos casi cuatro años. Tomando en cuenta que a ese Centro se le asignan recursos federales.
Sin embargo lo que sí hizo fue colocar estrategicamente a su gente, pues en propia voz de Antonio García Acosta, él fue nombrado director del Museo Leonora Carrington porque Laura así lo decidió. A su directora de Divulgación Artística, Cecilia Padrón la impulsó para fungir en la dirección de Cultura Municipal, esto gracias a los apoyos que el CEART brindó en el 2017 durante la campaña de Xavier Nava actual alcalde.
También fue notorio el apoyo a Aldo Arellano Paredes para que fuera el director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), el cual por cierto, realiza un negocio junto con su esposa Elena Guillén al hacer curadurías y museografías para diversos recintos.
Recordamos el escándalo con el Festival de Ópera «Linus Lerner», y las facilidades que le brindó a Liliana del Conde para realizar la controversial puesta en escena «Carmen».
Es así como Laura Elena abandona y huye del CEART, dejándolo casi sin alumnos y sin actividades significativas.
De manera extraoficial se mencionan como probables sucesores a Cissi Montilla actual directora General de Organismos o a Manuel Gameros Monroy director de Desarrollo Cultural.
Seguiremos informando…