
El viernes 18 de marzo de 1938, a las 10 de la noche el presidente Lázaro Cárdenas del Río leyó el decreto de la expropiación a las compañías petroleras, haciendo válido el artículo 27 de la Constitución de 1917.
Las causas que provocaron la expropiación fueron: las jornadas extenuantes, los sueldos bajos, el derecho a la salud y pago de sus incapacidades.
El vallense Rafael Curiel Gallegos fue comisionado por el presidente Lázaro Cárdenas para realizar auditorías a las compañías petroleras, debido a que declaraban que no tenían ganancias, descubriendo grandes fraudes fiscales. El gobierno reaccionó; expropiaron maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución y embarcaciones.
El 23 de marzo de 1938, llegó a Ciudad Valles vía Servicio Postal, el documento del Decreto de la Expropiación Petrolera. Ese día la gente se reunió en la calle Hidalgo esquina con Porfirio Díaz, para escuchar el decreto y la solicitud del Presidente Cárdenas de apoyar económicamente para el pago a las compañías petroleras.
En San Luis Potosí los dueños petroleros ubicaron al General Saturnino Cedillo quien en un principio fue el Secretario de Agricultura del gobierno Cardenista, pero renunció porque no estuvo de acuerdo como se repartieron las tierras, ni en la formación de sindicatos, levantándose en armas en Ciudad del Maíz, S.L.P. Sin embargo, fue abatido por el ejército federal en la Sierra La Ventana en 1939.
Para abastecer todos los puntos de venta en el país, el presidente utilizó el ferrocarril, las farmacias fueron las primeras en vender gasolina, después llegaron las estaciones de servicio.
Con la creación de PEMEX, se da paso a la firma del primer contrato colectivo de trabajo.
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