
¿A dónde vamos a parar?
Con esta hiriente y absurda actitud
Démosle paso a la humildad
FRAGMENTO DE LA CANCIÓN DEL CANTAUTOR MARCO ANTONIO SOLÍS
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), tiene su antecedente más antiguo (sin contar los esfuerzos en la Nueva España) en la Procuraduría de los Pobres impulsada por Ponciano Arriaga Leija en el año de 1847; existen esfuerzos más actuales como Nuevo León que en 1979 tuvo un Comisión de Derechos Humanos y Colima con una Procuraduría de la Defensa del Vecino o Oaxaca con la de Defensa indígena de 1986.
Con lo anterior quiero hacer patente que la CNDH no es un órgano más del Estado Mexicano, esta institución es resultado de muchas batallas emprendidas por ciudadanas y ciudadanos de todo el País, que en sus propias colectividades empujaron para que la Hegemonía en el poder creara formalmente a la Comisión en 1992 y con ello garantizar los Derechos de las y mexicanas y mexicanos frente al poder del estado.
Ello requirió jornadas azarosas y desde luego miles de historias como la del 68 y 71, las desapariciones forzadas durante la época de guerrillas y las constantes – hasta ahora- violaciones al debido proceso legal con confesiones forzadas por medio de la tortura.
Todos estos acontecimientos e historias no se conciben sin sus protagonistas y sobrevivientes que son, con su voz, los que han apuntalado a la CNDH.
Una de esas sobrevivientes es Doña Rosario Ibarra de Piedra y su familia que aun con su pedida personal, encabezaron y acompañaron un movimiento enorme de Derechos Humanos en México.
El reconocimiento lo tienen quizá más la madre que las hijas, púes fue la voz audible y la imagen visible en la búsqueda de su hijo y en la denuncia de la represión y desaparición forzada tanto de su hijo como de muchísimos más a lo largo de los años.
Como todo en la vida ser líder en algo, no te hace serlo en todo, ser honesto austero, republicano e incluso demócrata, como ser humano, no necesariamente hace que puedas ser efectivo en la gestión pública y con mucho respeto es el caso de la actual Presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra.
CONCLUYENDO.
- No juzgo si comen o no los funcionarios de la Comisión, no debemos perdernos en ese debate simplista, porque entonces estamos condenando a la institución.
- Los resultados de la CNDH saltan a la vista; no podemos ser independientes y autónomos si de principio militamos y apoyamos a quien nos ha puesto en el cargo y en consecuencia nubla y sesga nuestra actuación.
- Es el momento de ser diferentes de no actuar como los liderazgos caducos de mitad del siglo XX es hora de ser una transformación y no el impulso de una nueva hegemonía en el poder.